Si los tan recordados y evocados Jardines Colgantes de Babilonia han sido considerados una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo, pido, al menos, el calificativo de “prodigio” para el Jardín Itinerante de Zinedán, floreciente y vistoso tras ese largo y agotador viaje a tierras niponas. Ayer, gracias a ese jardín donde rosas, gladiolos, geranios y girasoles acogieron, temblorosas y agitadas, a kikus y sakuras, el Madrid vivió una de las historias de amor deportivo más bonitas de la historia moderna escenificada, para que nunca la olviden las futuras generaciones blancas, en ese sincero abrazo que fundió a entrenador y presidente, a Zidane y a Pérez, a Zizou y al Tito Flo: un ejemplo del más puro madridismo del Siglo XXI... Aunque la mañana española, noche japonesa, pudo ser perfecta, no lo fue, porque ahí estaba James, el colombiano que quiere más minutos y se atreve a pedirlos y, aunque tartamudo y nervioso, abrió una pequeña brecha en la piña de los fastos. Presumo que esto no ha gustado nada al SS y que los días del compatriota de Uribe en el Madrid han iniciado el conteo regresivo.
Sí, hemos ganado otro título en la era ZZ y vaya por delante que todos los madridistas, aun los que, como servidor, quiere ganarlos con buen juego, nos sentimos felices con el resultado. Es la tercera final de la era Zinedán, las tres resueltas en prórrogas y una de ellas en la lotería de los penaltis. Tenemos un equipazo, sin dudas, quizás el mejor equipo de la historia del Real Madrid, pero un equipo superior –casi como el Ser que los contrata- que no puede mantener la concentración durante todo el partido. Ayer, los heroicos muchachos del Kashima se nos adelantaron en el marcador y pudieron ganar el partido robándonos, además, la magia del minuto noventa y tres, con el añadido de que, dos minutos antes -y hay que decirlo también si se quiere ser justo-, el árbitro perdonó la segunda amarilla a un jugador blanco que no voy a nombrar porque todos saben quién es el bicho. Un jugador que debió estar en el banquillo pero que juega por decreto cuando quiere…y por eso, hasta ahora, a Zidane le quieren mucho los PP (Pesos Pesados).
El récord de imbatibilidad, la otra cosa que anda en juego, se elevó a 37, y ya estamos a dos de empatarlo, al menos. Luego de lo visto en el Mundialito, tras verificar de la forma más rigurosa posible que el jardín no sólo está intacto, sino que incorpora nuevas variedades, no tengo la menor duda de que el cara de vinagre de Luis Enrique recibirá otro palo de ese siempre sonriente y simpático encantador de víboras mediáticas que es nuestro Zizou. Aplaudo a Zidane. Celebro ganar, aunque sea sufriendo como un condenado a muerte al que indultan en el último momento, pero también exijo que al primer síntoma que indique que el Jardín Itinerante está afectado por algún virus letal, devuelvan a Zizou al Castilla para que pueda completar su formación técnica.
¿Vale la pena hablar del partido tras celebrar el título que se daba por ganado antes de abordar el avión a Yokohama? Pues creo que sí, aunque solo sea para cantar loas al tantas veces -justamente- atacado Benzema, que fue, sin dudas, el mejor del Madrid durante los más de 120 minutos de encuentro. Karim volvió a ser el gran jugador que tan pocas veces vemos pero que atesora un talento tan grande como la desidia que a veces le atenaza. Zidane confió en él en las horas malas, y ayer su compatriota le devolvió los minutos regalados con un partido de esos que no se olvidan. Y también que hablar del dúo Lucas-Luka, la LL. El segundo, el extranjero, está bien valorado y es moiiii boeeeeno, ya le hemos echado picantes piropos en muchísimas ocasiones, pero el trabajo que está haciendo Vázquez en estos luctuosos días sin Bale es para elevarlo a los altares del madridismo. Este muchacho, si nada se tuerce, tiene que terminar disputando con Nacho (otro canterano ante el que hay que quitarse el sombrero) la capitanía del Real Madrid, que sería –y lo deseo- una capitanía con aroma Arbeloa. Lucas, que nos regaló el penalti del empate, que se movió como un gamo por las dos bandas, que ayudó al limitado de Carvajal todo lo que pudo, y más, en defensa, fue el primer sustituido por ZZ para colocar a Isco de enganche por el centro y que demostró –pese a la buena voluntad del malagueño- que el francés decide los cambios de los partidos con una especie de inapelable Ouija mental que no tiene en cuenta lo que está ocurriendo en el terreno de juego: sólo baraja nombres. El Madrid se “arracanó” tras ese cambio y pudo perder el partido antes de la prórroga. Luego, ya en tiempo extra, Ronaldo, que a partir del penalti dejó de jugar para divertir a la grada japonesa y se puso a hacer los deberes, nos dio los dos goles que cerraron su enésimo hat-trick y dejaron sentenciado el partido, pues ya, tras el segundo, ni los más ilusos seguidores de los héroes del Kashima podían soñar con la tanda de penalties. ¿La defensa del Madrid? Mal, gracias por el interés, pero ni siquiera da síntoma de mejoras, pues ayer hasta Keylor perdió la colocación en lo que se convirtió en el segundo gol kashemita.
Sí, nuestro tercer Mundialito, carallo. Requetebienvenido, aunque haya estado tanto tiempo colgando de un caprichoso y poco fiable hilito nipón. Sólo espero y deseo que el corazón de Florentino sea tan fuerte como el mío y podamos seguir disfrutando de nuevas victorias... aunque sean tan sufridas como esta.
Por si quedaba ya alguna duda de si los capitanes del vestuario del Real Madrid son los que tienen el poder y no el entrenador: https://diariomadridista.okdiario.com/futbol/2016/12/20/eduardo-inda-cristiano-ronaldo-jugo-lesionado-final-del-mundial-128151
Y me fio de Inda porque este hombre es muy cercano a la directiva del Madrid. Además, está la gran labor que tiene su Okdiario destapando las corruptelas podemitas.
Un par de comentarios, Alekhine:
1.- Si sólo opináramos teniendo no ya sólo los datos que pueda tener el entrenador, sino todos los datos posibles, entonces no opinaríamos nunca, porque nunca podremos tener constancia de tener todos los datos, aunque desde luego sí unos cuantos. Sin ir más lejos, por lo que yo he leído en más de diez sitios de internet y por lo que yo vi durante el partido y se puede comprobar en YouTube, no hay ni un solo indicio en las imágines, ni interpretación en las crónicas ni declaración de los interesados en el sentido de que el cambio de Lucas fuera debido a una lesión o estado físico incapacitante, ni siquiera de forma parcial. Tan es así, que da gusto ver al chaval volando en vertical y sacando un metro a su defensor y deshaciéndose de él en una carrera de cinco metros para colocar un centro medido a la cabeza de CR7, que la tira fuera, segundos antes de ser sustituido. Tengo que suponer que tú sí eres conocedor de un dato más concreto, aparte del hecho de que fugazmente nos enseñaran un tobillo con sangre que parece no le incapacitaba para intervenir de manera tan sobresaliente.
2.- El asunto de la segunda tarjeta de Ramos que no fue yo creo que tiene su interés en dos aspectos, y ninguno de ellos es el relacionado con el merecimiento o no de la primera tarjeta, pues esta no es la cuestión. Lo relevante es que, merecida la primera o no (para mí, sí; para ti, no), Ramos sabía que la tenía encima, y por lo tanto su intervención en la segunda es digna de un patán. Nadie se podría imaginar a un Baresi o un Beckenbauer cometiendo semejante falta en semejante sitio, entrando de semejante forma en semejante momento del partido. Ramos es una calamidad de jugador, 93 arriba, 93 abajo. Sencillamente no tiene cerebro ni para administrar su manera de jugar, y por eso da los patadones de jugador de tercera que da, y por eso es el jugador más expulsado de la historia del club y por eso pone al equipo al borde de afrontar una prórroga con uno menos.
La segunda cosa interesante de esa jugada es la evolución del árbitro. Nada importa si permitió esto o lo otro, o si pitó más hacia aquí que hacia allí. Lo relevante es que la Fifa tiene árbitros que más que malos son unos tramposos, porque este señor sabía perfectamente que aquello era una expulsión de libro, y por eso empezó a dar ese espectáculo ridículo llamando a otro jugador que no tenía nada que ver en el entierro, a dar vueltas como un zumbao para embarullar y despistar la situación, como si los que la estuviéramos viendo fuéramos gilipollas que no nos íbamos a dar cuenta de toda la pantomima. Esto, como el campeonato en sí, como toda la parafernalia, demuestra que esto se ha convertido en un circo de plástico cada vez más infumable, donde nada es cierto, todo está trucado y lo importante no es precisamente el balón, sino más bien el dinero, y donde tratar al aficionado como fuera imbécil está incluido en el precio y sale gratis. Cualquier aficionado auténtico al fútbol debería asquearse con esa jugada, pero no tanto porque no sacase la tarjeta, sino por la manera tan vergonzosa en que no lo hizo.
Un apunte sobre el cambio de Lucas Vázquez. Fue el primero, no por una consulta de ouija porque estuviera cansado sino porque tenía los tobillos sangrando (y, no es exageración, se cio en una imagen fugaz que puso el realizador) de la cantidad de coces que había recibido sin que el colegiado de turno sacara a pasear esa amarilla que le enseñó a Ramos, en su primera falta y que no era, ni mucho menos, merecedora de tarjeta.
Todo el mundo habla de la merecida expulsión de Ramos pero, nadie de que la primera amarilla no era, ni mucho menos, justa.
Muchas veces opinamos sobre inadecuado de algunas de las sustituciones que hacen los entrenadores, sin tener todos los datos en la mano. Pasó lo mismo con las que hizo en el partido contra el Deportivo, cuando, desde mi punto de vista, provocó todo el cambio necesario para que, al final, se ganara el partido. Vamos perdiendo y ¿haces un cambio para poner a Casemiro, cuando lo que se necesita es más poder ofensivo? Pues, cambio perfecto: mandas a todo el mundo hacia adelante pero tienes alguien que te asegura mayor control defensivo de las posibles contras adversarias. Y, así fue.
Dado que los resultados objetivos se van acumulando y no son discutibles por sí mismos, habrá que tirar de la interpretación sobre los mismos que cada cuál haga. Unos parecen plantear las cosas basándose en una lógica según la cual, si se ganan partidos y títulos, las cosas por definición están bien hechas, pues de eso es de lo que a fin de cuentas se trata, y ello demostraría lo bueno que es quien realiza el trabajo. Sin embargo, todos sabemos, admítase o no, que la realidad no funciona así, ni en este ámbito ni en cualquier otro. Lo que está mal hecho, mal hecho está, aunque luego la suerte o un cometa que pase nos proporcione los resultados deseados. Lo que tiene el Madrid es un cortador de jamón 5Jotas que utiliza un hacha mal afilada para sacar unos platos de aspecto impresentable, pero muy ricos de sabor porque la materia prima es lo mejor del mercado; los otros, en cambio, independientemente de que sean buenos cortadores de jamón o no, de lo que disponen es de un recio producto turolense. De esta manera, ante un plato de jamón de primera mal presentado y otro con jamón de medio pelo, aspecto celestial y distribución milimétrica, sin duda que el que se lleva el gato es el primero. Por eso el Madrid gana tantas veces de manera tan fea, y por eso podríamos decir que el Madrid gana A PESAR de ZZ.
Este último partido es el enésimo ejemplo de lo que plantea el blogger y yo mismo ahora. El cambio de Lucas es un dato definitivo, porque, además, detrás de él se esconde o bien una incompetencia ilimitada (que no es posible que sea tanta) o bien una pleitesía vergonzosa. Difícil decidirse por qué cosa sería peor. Lucas estaba haciendo un partido sólo comparable al de Benzema, y justo un minuto antes de ser sustituido, se fue de un rival por velocidad y potencia en un 1 contra 1, lo que demuestra que estaba a tope. La razón del cambio la sabemos todos, y las consecuencias también: perdimos la punta de ataque principal, perdimos el auxilio del lateral y ganamos un zombie desubicado. Otra jugada maestra del cortador de jamón.
Cuanta razón tienes WH en que los cambios de Sisuco vienen programados desde el vestuario y podrá ganar todos los titulos que le de la gana y batir todos los records habidos y por haber, pero a mi personalmente no me gusta un pimiento pues siempre juegan los que juegan y cuando a ellos les da la gana y para muestra el cantaor de Camas. Lo del cambio de Lucas Vázquez es de juzgado de guardia, cuando había otros jugadores infinitamente más cansados que él y como consecuencia del citado cambio y la salida del filigranas, descompuso el equipo y faltó muy poco para tirar la final, pero claro había que agotar los cupos y tenía que haber sacado antes a Kovacic pero en este equipo no juegan los que más mérito y en mejor forma están si no que los que deciden los pesos pesados del vestuario que hacen y deshacen a su antojo. Ahora a esperar que el cantaor decida si para Enero se juega o nos tomamos unos mesecitos de vacaciones.
Tengo que reconocer que el cabreo que cogí luego del segundo gol del Kashima, donde falló casi toda la defensa, comenzando por el tarjetado -y no- Ramos y siguiendo con Casemiro, Carvajal y el mal colocado Keylor, fue tal que esuve a punto de apagar la tele. No lo hice, por supuesto, pero las malas vibraciones me duraron hasta que Cristiano marcó el cuarto.
Estoy de acuerdo con el blogger en que fue desatroso el cambio de Lucas por Isco, porque Lucas no estaba mucho menos cansado. Kovacic también debió entrar antes al campo...y suerte lo del cuarto cambio pues Cristiano parecía tocado...
Vamos que otro título en la buchaca, pero sufiriendo aun más que en el primero y el segundo. ¡Zidane, prorroguero!