Mi impresión es la de que una inmensa mayoría de los simpatizantes de VOX eran sinceros admiradores de Macarena Olona y, por ello, pensaron que sería una buena opción para competir con el PP en las elecciones andaluzas. Pero entonces ocurrió algo en el país que sirve de enlace entre los dos océanos más grandes del mundo y ella, sin avisar a los navegantes verdes, pasó de un estable  Atlántico a un inquieto y poco fiable Pacífico. ¿Qué pasó en Panamá? Pues no hemos recibido suficientes explicaciones al respecto y parece que tampoco el llamado “periodismo de investigación” ha optado por meter mano en el asunto. 

Lo que sí sabemos es que luego de eso vimos a una Macarena trasmutada en Marilyn a la que sólo faltó cantar un “Happy Birthday” a Moreno Bonilla para felicitarle por su victoria. La campaña andaluza fue, literalmente, un esperpento y una muestra clara de que esta señora había decidido adoptar un nuevo guión político y personal en el que VOX, su hasta entonces amado partido, no contaba para nada.  

No es la primera vez que un inteligente (o “inteligenta”, que no descarto que pueda terminar adoptando el seudo lenguaje que una vez combatió) abogado del Estado –ya lo vimos con otra M: Mario– ve cómo se destruye el sector lógico de su cerebro ante un ego descomunal que convierte un entorno bien construido en una jungla desordenada y caótica y así pasamos, en un plis plas, de una enfermedad de tiroides a una muy publicitada caminata hacia el templo del  Apóstol Santiago; de ahí, a contemplar a una inesperada experta en la promoción del arte religioso andaluz en Hispanoamérica; luego conocimos de una reunión M & M y la posibilidad de un nuevo partido político para erosionar a VOX; conferencias a tutiplén para promocionarse por toda España y hemos terminado, por el momento, viéndola conceder  una bien pactada entrevista a uno de los mayores payasos rojos del Reino que, además, para mayor humillación de esta mujer desnortada, la ha puesto hábilmente en ridículo.

No le deseo nada malo a Macarena Egolona –su nuevo nombre para mí– pero como pienso que todavía no ha entendido que su maniobra anti-VOX ha fracasado rotundamente le recomiendo un largo período de meditación en su bien valorada Panamá y tal vez contemplando el  lado del océano que descubrió Núñez de Balboa sus aguas mentales vuelvan a ser lo que una vez fueron. 

P.D.:  Basada en una idea de AQUÍ ESTAMOS ¡AE!