Dicen las encuestas –¿estará también el mandao de Pedro Antonio, Tezanos, detrás de ellas? – que el Real Madrid no es favorito para ganar la Champions League. Bueno, pues que se lo pregunten, hoy, a los fieles fans del Celtic de Glasgow que se llevaron tres bonitos goles, no marcaron ninguno y, además, hicieron un gran partido.  Y echo más leña al fuego: el Madrid jugó sin su único delantero centro, Benzema –es un decir, pues Karim es algo más que eso–, la mayor parte del partido y el árbitro, como casi siempre, no podemos decir que haya sido imparcial. Y, entonces, servidorse pregunta:¿ todavía alguien que se vista por los pies, que tenga, al menos, dos dedos de frente y no trague las mentiras de Sanchinflas, Albertito 2030 y asociados y jerifaltes puede descartar a los blancos de la pelea por su décimoquinta Copa de Europa? 

El partido ante el Celtic, que aumenta el inmaculado comienzo de temporada, es para desatar la euforia e invertir confianza, a raudales, en el equipo de Carletto. Ayer marcaron el habitual Vini, el inmarcesible Modric y el, aparentemente, renacido Hazard –que, hay que decirlo también, empezó muy frío, porque no esperaba protagonismo, pero terminó muy bien, participando en los orígenes del gol del Doctor Lukita–, pero, el equipo entero, Courtois incluido, estuvo a un muy buen nivel.  De entre todos, destacaría a dos: Kroos, que estuvo acertadísimo en defensa y en ataque y fue un efectivo director de orquesta, cambiando el juego a las bandas, con esos pases largos marca de la casa, que desactivaron, en muchas ocasiones, el agresivo juego del Celtic; y el Pajarito Valverde que, con su potencia y determinación, jugó un decisivo papel en el gol que abrió a lata y se movió, siempre, con efectividad y criterio por todo el campo.

El primer gol, en mi opinión, es para guardar en la memoria. Me recordó aquellos fulgurantes contraataques de la era Mou: Courtois, Carvajal –muy buen partido también–, Hazard y, finalmente, Valverde, escapando de todos por el  costado derecho y poniendo un centro, largo y ajustado, al Cochete de Río que, en carrera, batió con solvencia a un muy despierto Hart. 

El segundo, el que prácticamente sentenció el partido, fue otra acción conjunta en la que el protagonismo fue de Hazard y Modric. Un gol con un poco de suspense, pues Modric, en lugar de disparar a la primera, regateó en el área y, luego, con ese exterior mágico, batió a Hart, que se llevó el segundo palo de la noche.

El tercero, el que cerró el marcador, fue otra jugada excelente: largo y teledirigido pase de Kroos –quién si no– a Carvajal que,  tras desplazarse a gusto, centró a Hazard, y este, olvidando el fallo en una jugada similar cuando estaba aún frío, no tuvo compasión del apaleado Hart. A Hard football''s night, Hart. Lo siento.

¡Buen comienzo en el  largo y tortuoso camino hacia Estambul!

¡Hala Madrid!

P.D.:  Importante que el problema físico de Benzema no sea grave y, tampoco, lo de Militao.