Vamos a dejar de hablar de Carlos el Viejo, ese que se autoproclamó “tercero” y que es otro, como su querida mamá, de los que pertenece a esa élite globalista que nos quiere dejar sin nada, y vamos a a hablar de ese fenómeno de diecinueve años que ya ha ganado de una manera épica su primer Grand Slam y ha escrito su nombre, con letras de puro oro, en la historia del tenis al convertise en el Number One más joven de la historia.

Desde que vi jugar por primera vez a Carlitos Alcaraz me convencí  de que le esperaba  un futuro lleno de éxitos. Con menos de veinte años exhibe un  juego del que soy capaz de apreciar ningún gran defecto y, como Rafa, tiene un carácter de ganador indomable.

Su trayectoria en el recién concluido Us Open fue durísima. Tras superar cómodamente, las tres primeras rondas sin perder in sólo set, su test de fuerza comenzó en la cuarta cuanto se enfrentó, de nuevo, con el croata Maric Cilic. Partido duro, de casi cuatro horas, que se extendió a cinco sets. Un duelo. sin embargo,  que comparado con el que disputó con el italiano Sinner -más de cinco horas de duración-, en cuartos de final, podría parecer un paseo. Ante la gran promesa italiana, el murciano llegó a estar por debajo, después de los tres primeros set, tras perder dos tie breaks consecutivos en el segundo y el tercero.  Y entonces apareció SuperCartlitos para llevarse los dos últimos ante un Sinner que nunca se rindió.

Y llegaron las semis, ante el vedugo de Nadal, Tiafoe, que, en casa y animado por su victoria ante uno de los más grandes de la historia, se veía ya en la final…, pero nada de nada, otra vez Carlitos volvió a sacar esa talento extra que sólo tienen los más grandes para, tras perder otra vez dos tie breaks (en el primero y en el cuarto) enviar a casa al bueno y ya no tan risueño Frances.

La duda que nos asaltaba ayer era que si esos tres partidos maratonianos no habían agotado a Alcaraz y, el comienzo del partido ante el muy confiado Ruud, pareció alejar nuestros fantasmas. Pero la confianza no duró mucho pues, tras ganar un primero tranquilo y relativamente cómodo, llegó una inesperada pájara mental en el segundo que le hizo perder cuatro juegos consecutivos. No comenzó mucho mejor el tercero, en el que el noruego llegó a tener pelota de set. Y entonces, una vez más, volvió a aparecer Carlitos el Elegido que se ganó el derecho a disputar al tie break y, en este, apalizó al bueno de Casper con un contundente 7-1, olvidado los cuatro fallos previos ante Sinner y Tiafoe. Tras eso, ya estaba convencido de que Carlitos iba a inaugurar su vitrina de grandes trofeos y metería en ella, también, el honroso certificado que le acredita como número uno del mundo. El bueno de Casper, que jugó un gran partido. y demostró, con su caballeroso juego, que además de jugar al tenis se aprenden muchas otras cosas en la Academia  Rafa Nadal, y que también está preparado para ganar. En resumen, un grandísimo partido.

Luego, fue muy emocionante ver a Carlitos escalar, con riesgo, las gradas para ir a abrazar a su familia y su equipo. Era tan grande su emoción que, a diferencia de otros ganadores de tan importantes torneos, casi no sonrió. Creo que ni el mismo acababa de aceptar que había llegado, por primera vez, a la cumbre tenis.

¡Viva Carlitos I de España y del Mundo!

P. D.: Disculpa, Carletto, pero ayer fue el "Día de Carlitos". También tú estuviste muy bien renovando un equipo sin muchos de sus tradicionales pilares y el triunfo, en casa, 4-1 ante el Mallorca, nos mantiene con pleno de victorias en la Liga Rubiales.

El Vini sigue en su línea goleadora y, de nuevo, el Pajarito reclama, silenciosamente, más horas de vuelo. Horas de vuelo que hacen felices a muchos blancos -¡que hablo de los madridistas, censores vendidos!-  y , a diferencia del Falcon de Pedro Antonio, no contaminan.

¡Hala Madrid!