Ya sabíamos que los medios vendidos a la izquierda y a la autollamada “derecha moderada” -ese PP que se hace pipí en los momentos clave-, no se darían por enterados de la movilización para pedir la dimisión de  este gobierno en las principales ciudades españolas. Y, la verdad, es que hay que reconocer que ese bloqueo que la inmensa mayoría de los medios apesebrados ejerce sobre VOX tiene efectos positivos para aquellos que quieren ocultar la verdad de lo que ocurre en nuestras calles, pues conozco a personas que hubiesen estado ayer, en Colón, si hubiesen conocido, a tiempo,  la noticia de la convocatoria.

Y no podemos echar la culpa de ese desconocimiento al equipo de VOX porque, utilizando el poder que ciegos borregos le han regalado, los que tienen que autorizar el uso de los espacios públicos para actividades como estas lo retuercen  al máximo para limitar la legítima presencia del tercer partido más votado de España en las calles de nuestra patria. Un ejemplo: ayer no permitieron a Solidaridad y a VOX celebrar el acto en la zona solicitada, la Plaza de Colón, y lo  limitaron a la estrecha calle de la Armada Española. La jugada -y me divierte pensar que no se lo esperaban-, les salió muy mal y, al final, como debemos hacer siempre, conquistamos la plaza del hombre que descubrió América y no dejó más remedio a la policía municipal que interrumpir el paso Recoletos-Castellana. Creamos, así, una infranqueable valla de patriotismo y dignidad.

El ambiente, como siempre que VOX es el protagonista, es de los que emocionan a los que aman a España y quieren evitar que ocurra lo que cubanos y venezolanos advierten constantemente y, servidor, lleva repitiendo años: o los detenemos o España será la primera Cubazuela de Europa.  Y, como apuntó acertadamente Abascal en su discurso, el control cada vez mayor que, con la callada connivencia de Feijóo-2030, están obteniendo en gran parte de instituciones estales, que por imperativo constitucional deben ser independientes del poder político, marcan claramente el objetivo de sus dictatoriales intenciones. Y ese es el camino, no lo olvidemos nunca, que le recomendó el malvado Fidel Castro al no menos malo Chávez: controlando las instituciones haces la “robolución” (adjetivo mucho más preciso que el que ellos venden) sin tener que llegar a las armas.

El tiempo se nos acaba, señoras, señores, ya no basta sólo con decir, a diestro y siniestro, que sólo queda VOX. Hay que añadir que, si no abren los ojos, ya, y depositan su voto en la urna correcta, muchísimos de los que hoy votan a los siniestros o a los también siniestros camuflados de diestros se arrepentirán de ello por el resto de sus vidas. Vidas que terminarán controladas en el más puro estilo chino. ¡Y, ojo, que hasta los supervigilados chinos también comienzan a salir a las calles! ¿No es eso otro claro indicador de que el único paraíso del que puede gozar el hombre en la Tierra es aquel en el que impere una libertad regulada por unas justas leyes iguales para todos?

¡Fuera este gobierno de ineptos, imbéciles y malvados!