Vaya sorpresa la que nos llevamos anoche cuando nuestro caro Carletto puso sobre el terreno de juego  a un equipo mayoritariamente joven, dinámico y con pocas ganas de perder el tiempo. ¿Es que Ancelotti también echa de menos sus años mozos y ha optado por un cambio de look que le aporte más energía y ganas de vencer? No lo puedo asegurar, pues no tengo contratado a ningún “villarejo” para que espíe al entrenador del Madrid , pero la decisión de ayer me gustó y disfruté mucho con el partido. Gracias, Carletto.

¿Cuáles fueron los cambios? En la portería, nada, porque a San Courtois no se toca. En la defensa, Nacho, que estuvo correcto y al que veo más eficaz que Lucas Vázquez tanto en defensa como en ataque, por la derecha y el joven Miguel, que hizo un partido bueno, aunque discreto, por la izquierda; el centro, como parece que será lo habitual esta temporada, en manos de los cada vez más cómodos Militao y Alaba. Este último, con un don para el pase largo que dará muchas oportunidades al Vini y a Benzema (volved a ver los dos últimos goles del partido –Karim e Isco– cuyo origen son dos magistrales envíos teledirigidos del austríaco). En el centro del campo tocaba dar descanso a un muy mermado Casemiro y al veterano Doctor Lukita (digresión necesaria: Doctor, si está usted en contra de la vacunación, no creo que lo vuelvan a mencionar en eraRadio), así que la elección no podía ser otra que la de ceder el control del juego al Brujo Camavinga con la ayuda del Pajarito y un renacido Marco Asensio. Lo que más me gusta del francés es que, a diferencia de Isco, pr poner un notable ejemplo, no retiene el balón y lo mueve con una rapidez y una acertada visión de juego que nos permite ganar decisivos segundos para abrir espacios. Ayer marcamos seis goles, pero podían haber sido más y eso de debió principalmente a que se encontraron jugosos huecos en la defensa del rival.  Y en la delantera, el único cambio, solicitado desde hace tiempo por servidor, fue la colocación, por el ala diestra, de Rodrygo Goes. 

Como era el día del debut como titular del Mago Camavinga, no nos asombró lo más mínimo el temprano gol de Benzema, que aprovechó un error defensivo del novato Gayá (¿lo gafó Eddy?). Vamos, si es que era de esperar, y que cayeran cinco más o que el renacido Asensio, en una posición un poco más retrasada,  se marcara un hat-trick tampoco debió asombrar a la mayor parte de la parroquia blanca, sobre todo, teniendo en cuenta cómo salieron al césped, desde el minuto uno, los chicos de Ancelotti.

Lo único que no me gustó, y que impidió que más goles subieran al marcador, fueron las imprecisiones en el último pase de nuestros delanteros, en particular el Vini, que me hizo temer que volvieran los cercanos viejos tiempos…, pero el brasileño me tranquilizó con el pase del gol de Isco (entró en el 72 por Asensio) y el jugadón que puso la pelota en la cabeza de Jovic (por Benzema en el 80) y que este lanzó al larguero.

Los otros dos cambios correspondieron a otras dos jóvenes promesas de la inagotable cantera blanca: Sergio Santos y Antonio Blanco. El primero (entró por Nacho) dejó el primer aviso de su calidad con un excelente centro que Jovic, hábilmente, cazó de volea, pero no era su día; el segundo, que sustituyó a Camavinga, volvió a dar una buena exhibición de su talento en desarrollo.

La verdad, no sé si es que me estoy “acamavingando” pero la mayor parte de esta plantilla me está dejando muy buenas sensaciones. ¿Será la temporada de la Décimocuarta? Muy pronto para decirlo, pero en la cima de la Santander seguimos.