La visita al Villamarín, actual hogar de mi poco apreciado Pierdegrini, volvió a dejar meridianamente claro que más que un costoso fichaje como el de Mbappé lo que necesita el Madrid es un centrocampista de talento, como lo son Kroos o Modric…, pero ya sabemos que al Tito Flo le encanta coleccionar caros figurones, como Hazard, que ayer chupó banquillo, pero no todo lo que merecía. Isco o Asensio, que todo parece indicar que son las soluciones que pone a prueba Carletto, volvieron a demostrar que no valen para ese puesto que, desgraciadamente, no se puede desempeñar con el tan promocionado teletrabajo. Ayer, creo, tuvimos un poco de suerte  que llegó por dos vías: Hernández al Cuadrado estuvo más equilibrado que de costumbre y los jugadores del Betis fallaron en dos momentos claves del partido.

El Madrid arrancó bien, y en los primeros minutos nos regaló un jugadón de Vinicius que, tras robar el balón en propio campo, sorteó a todos los rivales y, desde la línea de fondo, le pasó un balón de gol a Benzema que este falló por centímetros. El empuje duró sólo unos minutos más y, luego, el equipo se fue diluyendo y cedió el control a los béticos que, liderados por Canales, fueron ganando terreno; a ello también contribuyó Isco, con peligrosas pérdidas de balón. Nos salvaron Courtois y Militao, que hizo su mejor partido en lo que va de micro-temporada. Bale estuvo desaparecido, aunque ayudó más de lo que acostumbra en defensa, supongo que, siguiendo precisas instrucciones de Ancelotti.  A la irrelevancia de la horrible primera parte del galés ayudaron también sus compañeros, empeñados en no pasarle ninguna pelota cuando el ex del Tottemham estaba claramente desmarcado. ¿Conjura carlo-florentinesca? I don´t  know. Lo que sí sé, y está registrado, es que la primera mitad terminó con un equilibrado cero-cero.

El Madrid volvió con más ímpetu tras el descanso; Benzema (bastante desdibujado en el primer tiempo) y Bale tomaron protagonismo y comenzaron a mostrarse más agresivos, aunque sin fortuna, hasta que llegó, alrededor del minuto sesenta, el gol de la tranquilidad y, al final, el de la victoria: pase al segundo palo de Benzema que remata, con solvencia, Dani Carvajal. Me gustó la celebración de Carvajal, se liberó de mucho cabreo que llevaba dentro. Y todo esto ocurrió a menos de un minuto de que el Betis tuviera una clara oportunidad de poner el 1-0. Lo evitaron nuestro Miguel (notable partido del canterano que rectificó el despiste de Alaba) y un jugador del Betis (creo que Ruibal) que sufrió el conocido “síncope ante meta rival”.  Aprovecho para señalar que hay mucho trabajo pendiente para hacer más efectiva nuestra defensa.

Y, luego del gol, en la oportunidad más clara que tuvimos, Asensio, que había entrado por Isco, decidió ignorar a los desmarcados Vini y Benzema y se la jugó él solito y no la metió; en los minutos finales el protagonismo fue de Courtois que evitó el gol del empate en el último minuto del descuento.

Espero que el parón nos sirva, al menos, para recuperar al imprescindible Dr. Lukita y, si queremos ver unas cejas más tranquilas, también a Toni Paseslargos. 

P.D. No estuvo mal la falta cometida por Casemiro contra el HH y, lo mejor, que el árbitro que tantas veces nos la ha clavado se lo tomó con buen humor.