El hombrecillo –y no me refiero a su estatura física, sino moral– que prometió eliminar el Madrid Central de la Manola, su antecesora, y que, siguiendo las técnicas manipuladoras de la izmierda clásica, sólo se limitó a cambiar el nombre de la jugada liberticida por el de 360, ahora se ha vuelto a cubrir de gloria roja entregando la Llave de Oro de la Villa de Madrid al declarado comunista y anti-español Gustavo Petro. Todo parece indicar que Pepe Luis considera más rentable pasar de Carmeida a Guevarínez y, así, mantener su sillita de alcalde para seguir sirviendo, fielmente, a sus amos globalistas y, de paso, dar una alegría al colombiano que ama al homófobo Guevara y a las FARC. 

Quiero suponer que cada día queda más claro para aquellos que no se inyectan a diario las mentiras de los medios de comunicación que el PP de Marialberto Feijoy, de Pepe Guevarínez o la astutamente clamuflada como anti-sanchista radical, Itxabelcuca Ayugamarra son la nueva izmierda, los fieles súbditos que vienen a consolidar las imposiciones dictatoriales de la vieja, la de toda la vida.

¡Españoles, cada vez queda menos tiempo para evitar ese callejón sin salida –ahí están Cuba y Venezuela como claros ejemplos– al que nos conduce esta roja alianza PP-PSOE!