El sabio refranero español nos dice que a todo Cantinflas le llega su San Martín, así que, sin duda, también a este tarugo de dos metros, a este cerdito cebón cebado de patrañas, mentiras y manipulaciones y a toda su piara comu-golpi-filoterrorista les llegará su momento -no se me rindan, amigos-, de tanta canalla potrera que irradian y tanto totalitarismo inmundo que rebosan. Todo tiene un límite.
Y así, sin límite, vemos ahí abajo al Cantamañanas arrodillado, que más que tomando medidas al Apolo de la Diagonal lo que parece es estar comiendo butifarra golpista a la espera de que llegue la Chepa de Galapagar a darle por el forin-ofis a ritmo caraqueño lo Ma(s)duro que pueda. El tonto este de las tesis voladoras va a terminar comiendo mierda, y si no, al tiempo. De momento, parece que ya tenemos a un osado que ha dado un paso al frente y a un notario tomando nota, qué si no, de su declaración como testigo directo del escándalo Ábalos y su Barbie Torturadora, que parece que se anduvieron dando un paseo sin control por todo el aeropuerto, fila de maletas sospechosas incluidas. ¿Qué habría en las maletas, me pregunto yo? En fin, que a ver si, en vez de tanto trampantojo pestilente, se nos viene un Trump con su FBI, su DEA, su CIA y, sobre todo, su Melania y, por un lado, nos alegra un poco la perspectiva cochambrosa a la que nos someten estos puercos y, de paso, nos echa una manita para poner nombre y apellidos a toda esta remierda de corrupción y trolas que nos rodea y, así, empezamos a ver a cada cual ubicado en la cochiquera que le corresponde. Quedamos confiantes.
Dice el chófer del descontrolado Venezuela bus que Sweet & Ugly Delcy no le ha contado nada de su conversacion con el gañán del PSOE; que él respeta sus secretos y que se trata, simplemente, de un asunto privado entre Sweet & Ugly y su generoso esposo..., ¡cuarenta maletas llenas de regalos! ¡Qué enamorado está el señor y cuánta pasta tiene!
Nada, una pena que no combinaran la jugada el día de San Valentin, así, hasta el Hola habría ayudado a cubrir la jugada sacando a la luz el secreto amor entre estos dos grandes estadistas, estos dos linces de la política que viven suntuosamente a costa de sus corderitos rojos.
Increíble que todavía haya gente decente en este país que no sea capaz de advertir hacia dónde nos va a llevar este miserable mentiroso si no lo sacamos, de prisa, de La Moncloa.
Comencemos con Ábalos y Marlaska, por favor.
¡Quedamos, quedamos! Roguemos al Señor.