No cabe duda de que el papel de payaso en este ignominioso circo político patrio corresponde a nuestro cagoncillo preferido, Don Bilder Riveleta. Parecía básicamente tonto, pero el chico lo vale y se va superando a cada paso. Este y su partido son como la nada, o sea, eso que uno encuentra junto al consolador de Lulú entre las orejas de Almudena Grandes. Almudena Grandes es a Unamuno lo que Julio Verne a los descubrimientos científicos. Ambos distinguidos personajes se adelantaron a su tiempo, uno anticipando milagros de la ciencia y el salmantino hablando del obeso adefesio cuando la aludía como una de esas "tiorras desgreñadas, desdentadas y desaseadas". Esta, además de eso y su sobrepeso, es una gran persona que, refiriéndose a las monjas violadas por los demócratas del Frente Popular, afirmó: “¿imaginan el goce que sentiría al caer en manos de una patrulla de milicianos jóvenes, armados y -¡mmm!- sudorosos?”. Alguien tenía que hacer el papel del excremento de elefante en la pista de circo, claro. Pero me desvío...

Valls -otra perla el mesié este al que se le va a caer la oreja derecha (¿cuál si no?) de un momento a otro- le ha afeado la conducta al ubicuo payaso centrista-derecha-izquierda-liberal-socialdemócrata porque su C''s anda rozándose con el fascio redentor, alias Vox. Y el bubu nos ha contado que fíjate si sus alianzas y roces son de jai cualité que hasta del Elíseo le han venido felicitaciones de lo bien que lo está haciendo. Y hete aquí que Macrón Mandilón, el que parece jefe grado no-sé-qué de toda esta tropa, ha dicho que ni pública ni privadamente él le ha alabado la conducta al amante de Malú, quedando el mismo como Cagancho en Almagro. Y ahora que lo veo..., Cagancho en Almagro y Almudena Grandes son frases que, juntas, parecen tener aspiración de palíndromo de futuro.  Pero me vuelvo a desviar...