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LA CEREMONIA DEL MASTERS DE AUGUSTA

El jueves empieza el Masters de Augusta, el único “grande” (major, para los angloparlantes) que se juega siempre en el mismo campo. Y todo el mundo, sepa o no de golf, entorna la mirada o aguza el oído para ver qué pasa en el Masters. ¿Por qué el encanto de este torneo? ¿Por qué es tan atractivo y prestigioso? ¿Qué tiene Augusta National para que todos los grandes jugadores vivan una historia de amor con él? Los golfistas americanos quieren ganar su campeonato nacional, el US Open. Los británicos quieren ganar el British Open, por la misma razón. Pero todo el mundo quiere ganar el Masters. ¿Por qué?

El Augusta National Golf Club fue fundado por Clifford Roberts, socio capitalista neoyorquino, y Robert Tyre Jones, Jr. Bobby Jones, como era universalmente conocido (aunque sus allegados siempre le llamaron Bob) es una de las figuras más destacadas en la definición del deporte que hoy vemos y disfrutamos: caballerosidad, respeto por las reglas, aun injustas, deportividad, compañerismo… Se podría escribir un tratado sobre la vida de Jones, sus citas y sus logros. Fue amateur toda su vida y el primero en conseguir el Grand Slam (ganar los cuatro grandes el mismo año, que en su época eran el US Open y el British Open, tanto amateur como profesional). Su modo de ganarse la vida fue el Derecho (era abogado) y se retiró del golf ¡con 28 años! Luchó en la Segunda Guerra Mundial, donde llegó a alcanzar el empleo de Teniente Coronel, participó en el desembarco de Normandía e incluso permitió que el ganado pastara en el campo de golf de su Augusta National durante los años de la guerra.

Bobby Jones fundó el Augusta National Golf Club en 1933, para poder disfrutar del golf tranquilamente con sus amigos, huyendo de la popularidad que le perseguía y agobiaba. Eligió para ello la pequeña ciudad de Augusta, cerca de Atlanta, Georgia (uno de los estados más bellos de la Unión) porque su mujer era de ahí. El campo fue diseñado por el maestro Alistair MacKenzie y el propio Jones y la primera edición del torneo que hoy conocemos como Masters Tournament, llamado entonces Augusta National Invitational, se jugó en 1934. Fue un éxito rotundo, puesto que la sola presencia de Bobby Jones generó un gran poder de convocatoria. Todos los grandes golfistas de la época participaron: Walter Hagen, Gene Sarazen, Craig Wood o el ganador Horton Smith, que se embolsó la bonita cifra de… 5.000 dólares. Bob acabó a diez golpes del campeón. 

El Masters Tournament ha evolucionado desde aquellos primeros años, pero la esencia del torneo continúa siendo la misma: tradición. A pesar de las recientes ampliaciones, el campo mantiene el espíritu del diseño de Bobby Jones. No es de los recorridos más largos del circuito y los grandes pegadores pueden llegar al green de los pares 5 en dos golpes, sin dificultad. Sin embargo, los greens son endiablados, con la atracción magnética de Rae Creek, el arroyo que fluye al este del campo, como un elemento importantísimo a la hora de leerlos. En la mente de cualquier aficionado al golf resuenan los nombres de Amen Corner, donde confluyen los hoyos 11, 12 y 13 con vientos impredecibles (y que da nombre a este rincón donde ahora nos encontramos); Eisenhower Tree, en el hoyo 17, llamado así por la cantidad de veces que el Presidente Dwight Eisenhower, miembro del club, mandaba ahí la bola (incluso pidió cortarlo); Magnolia Lane, que es la avenida de entrada al club; el “nido del cuervo” (The Crow’s Nest), que es donde se alojan los jugadores amateurs (Bobby Jones una vez más); los puentes de Hogan, Nelson y Sarazen, en los hoyos 12, 13 y 15, respectivamente; los aullidos de los “patrons” (en Augusta no hay “fans” o “gallery”) cuando cualquier jugador emboca un putt o se saca un buen golpe, o su silencio cuando el jugador se prepara para patear. 

Asimismo, todo el mundo recuerda el increíble chip de Tiger Woods en el hoyo 16 del Masters de 2005, cuando la bola entró “llorando” en el agujero e incluso mostrando el logo de Nike en la última media vuelta; el putt de Jack Nicklaus, el más grande, en el hoyo 17 del Masters de 1986 y el “Yes, sir!!” de Verne Lundquist en la tele, antes de ganar su sexto Masters con 46 tacos; Tiger ganando su primer Masters en 1997 por doce (¡¡doce!!) golpes; los caddies vestidos con mono blanco; el concurso de pitch & putt del miércoles, con los hijos de los jugadores haciendo de caddies (sí, también vestidos con mono blanco); los “honorary starters” (Arnold Palmer, Jack Nicklaus y Gary Player) del jueves por la mañana; la chaqueta verde impuesta al campeón por su antecesor; la cena de campeones, con menú elaborado por el campeón del año anterior; Severiano maldiciendo su suerte cuando, en cabeza con dos golpes de ventaja, mandó la bola al agua en el hoyo 15 del domingo del Másters de 1986, después de esperar 10 minutos a que se fuera todo el mundo del Green (¡con lo impaciente que era!); las flores de temporada alrededor de los greens; o Rory desperdiciando una renta de cuatro golpes el último día del mejor Masters de los últimos tiempos, el de 2011.

En conclusión, el espíritu de Bobby Jones, alma mater de este deporte, habita cada rincón de Augusta National y es por ello que todo jugador, profesional o aficionado, o simplemente seguidor del golf, quiere jugar y ganar el Masters. 

Para este año, las candidaturas a vestirse la chaqueta verde el 13 de abril están más abiertas que nunca. Las casas de apuestas ven a Tiger Woods, Phil Mickelson o Adam Scott como favoritos, pero ninguno de los tres (ni de la lista entera de participantes, todo hay que decirlo) está libre de dudas, por lesiones o baja forma. Yo sigo viendo a Rory embocando el putt del 18 en campeón, pero tampoco me importaría que Adam Scott repitiera o que se estrenaran Henrik Stenson, Luke Donald o Louis Oosthuizen. De los americanos, el juego de Webb Simpson, Matt Kuchar o Keegan Bradley se adapta bien a la majestuosidad de Augusta. Entre los españoles, Gonzalo Fernández-Castaño tiene su chance para, al menos, pasar el corte y Miguel Ángel Jiménez ha firmado buenas tarjetas en Augusta. Sería también una bonita historia ver a alguno de los clásicos (Chema Olazábal, Fred Couples, Tom Watson, Ben Crenshaw, Craig Stadler o Mark O’Meara) llegando con opciones al back nine del domingo, que es donde se ganan o pierden los Masters. 

¿Y Sergio García? ¿No juega este chico en el Español?

COMENTARIOS [0]
[ Pailan ] ha dicho:
08-04-2014

Gracias por tus palabras, Nick. Pues sí, en el golf hay tramposos, como en todas partes. Pero yo diría que hay menos que en otros deportes. Al final, en la mesa y en el juego se conoce al caballero, como dice el viejo refrán castellano.

Para mí, Jack Nicklaus ha sido (es) el más grande de todos los tiempos y un modelo de fair play. Te pongo un ejemplo: en la Ryder Cup de 1969, que se disputó en Royal Birkdale (Inglaterra), el equipo de Estados Unidos sólo tenía que empatar el resultado final para retener la copa. Los partidos se estaban desarrollando a cara de perro, en un ambiente hostil y antideportivo, con instrucciones de los dos capitanes en ese sentido. Jack Nicklaus y Tony Jacklin jugaban el último partido y llegaron al hoyo 18 empatados. Si ganaba Nickalus o empataban, la copa se quedaba en Estados Unidos. El caso es que Nicklaus "concedió" un putt largo (y fallable) a Jacklin para empatar la competición, con su famosa frase: "sé que no vas a fallar el ptt, pero en estas circunstancias, nunca te daría la oportunidad de hacerlo".

Estados Uniduos retuvo la copa, sí, pero sin ganar una competición que ese año fue particularmente agresiva. Sam Snead, capitán de Estados Unidos se enfureció con Nicklaus, que entonces tenía 29 años, pero él y Jacklin fueron amigos toda la vida y su gesto todavía se recuerda como un ejemplo de deportividad.

[ NickAdams ] ha dicho:
08-04-2014

Jack Nicklaus seguro que lo era. Tiene cara de buena persona.

[ NickAdams ] ha dicho:
08-04-2014

Me ha gustado mucho esta entrada. Es bueno que no todo sea fútbol. 

No sé mucho de golf pero es un deporte que siempre me ha interesado. Siempre he oido que es un deporte de caballeros y que gracias a los handicaps pueden competir, con cierto equilibrio, jugadores de diferente nivel.

No tengo la menor duda sobre Pailán pero ahora que hay campos de golf en todos los sitios y tramposos por todos lados me pregunto: ¿el fair play seguirá siendo la norma para la mayoría?

[ bg_rules ] ha dicho:
08-04-2014

Por cierto, magníficas las fotos. 

[ pezuco ] ha dicho:
08-04-2014

 

Agradecer a Pailán sus esfuerzos para que los que no tenemos de idea en el arte del "golfeo" aprendamos un poco. Y nunca está de más repasar la historia de los grandes torneos, casi nadie sabemos por qué estos torneos llegaron a ser tan grandes.

 

P.D. En la prensa canallesca (antideportiva) dicen que el negruco no va a jugar el Masters de este año por una operación en la espalda.

 

[ bg_rules ] ha dicho:
08-04-2014

Enorme e instructivo artículo, Pailán. Mi desconocimiento del mundo del golf es oceánico (a pesar de tener familiares muy aficionados), de manera que se agradecen estas inyecciones de información. A ver si se repiten con más frecuencia.

[ Pailan ] ha dicho:
07-04-2014

Gracias por tus palabras, wh. El honor es mío, por dejarme escribir en esta distinguida tribuna.

Y no digas que no sabes de golf, que una ronda (y no de cerveza, precisamente) ya has jugado. Hay fotos.

[ wh ] ha dicho:
07-04-2014

Un honor tener en MqM un golfista como Pailán. Gracias por una lección tan bien escrita ... y ahora a disfrutar, desde el jueves, del Masters de Augusta.

Y también aprender, para los que sabemos tan poco de golf.