Javier Maroto dice ahora que es Mr Proper, el de la prueba del algodón. Además de eso, Maroto es el individuo que afirmó estar dispuesto al consenso con todos, en concreto refiriéndose a Bildu, el partido preferido de los terroristas. Este preclaro personaje afirmó que hay mucha gente en Bildu que ha pretendido la paz desde el principio y, por eso –decía el guerrero mameluco–, él hablaba con todos, con el Psoe, con el PNV y con Bildu.  Y con el diablo mismo si hiciera falta. Es lo que tiene ser demócrata de toda la vida, dialogante y relativista en estado puro: te permite hacer de todo y quedarte tan tranquilo. O no, que anda por ahí VOX creciendo preocupantemente.

Porque, ahora, este personaje abierto y flexible, que es uno de los referentes del partido de Casado, se nos pone a limpiar los baldosines de VOX con su algodón mágico, y lo que era una actitud de facilona colipoterra de rodillas ampliamente separadas cuando de meterse con filoteroristas en el lecho se trataba, se torna ahora en una infantil emboscada al partido de Abascal, durísimo ataque maquiavélico digno del bobo más destacado de la peor (o la menos buena, si somos políticamente correctos) clase de primero de la ESO. Se nos pone estreñido en su tolerancia la damisela y anuncia un brillantísimo movimiento de estratega de primera que consiste en presentar una moción en el Senado, y a ver qué hace VOX con ella,  para que todos los partidos apoyen el rechazo a lo que él llama violencia machista, que supuestamente es esa que sufren las mujeres por el hecho de serlo. Se cree el cervatillo algodonoso que todos son como él y su partido, que se licúa o gasifica, según convenga,  a la orden del mensaje de pensamiento único de turno sin pensárselo dos veces.

A ver, Maroto: al contrario que tú y tu partido relativista, el Alipende Hacendado del PSOE, VOX se caracteriza por mantener una trayectoria rectilínea y por ser fiel a sus principios…, al menos  de momento. Y, además, lejos de la cobardía tuya y de tu partido, últimamente aderezada con generosas dosis de indecencia, VOX no tiene miedo ni se va a arrugar ante patochadas como la que propones. Por eso, esta espesa estrategia de arrinconamiento a cuento de la violencia “machista” tendrá como respuesta contundente la que estamos hartos de oír: las mujeres maltratadas no lo son por su condición de mujeres, sino que lo son por tener la desgracia de convivir con el canalla violento de turno. Y te lo voy a explicar con un ejemplo sencillito a ver si lo comprendes.

Ted Bundy fue un célebre asesino en serie americano que mató salvajemente y de costa a costa a decenas de mujeres. Además de mujeres, todas jóvenes, las asesinadas peinaban raya en medio y tenían el pelo largo, como la novia que en su día mandó al zumbado este a esparragar porque ya no lo soportaba, como yo a ti, Javier. Ted Bundy sí elegía a sus víctimas por ser mujeres, y por su aspecto también. Seguramente, cada vez que asesinaba a una de sus víctimas, en algún lugar del mundo algún salvaje estilo Maradona (¿le has homenajeado en su muerte tú también, Javierote?) estaba golpeando a su pareja, pero al contrario que Bundy, no lo hacía porque su pareja fuera mujer, sino que lo hacía porque él era un despreciable salvaje troglodita. Si ese despreciable salvaje troglodita hubiera tenido una pareja como tú, que eres gay y hombre, el que hubiese recibido hubieras sido tú, como en ocasiones ocurre. Dado que el número de parejas heterosexuales es amplia mayoría, y dado que es igualmente amplia la mayoría de machos de la especie que son físicamente más fuertes que las hembras, el número de mujeres maltratadas es infinitamente mayor al resto. 

Esto lo entiende cualquiera que tenga dos dedos de frente, e incluso tú puede que lo entiendas. Lo que pasa es que, como tú, hay una enorme mayoría de políticos indecentes que utilizan políticamente esta desgracia social para imponer su ideología de género y/o sacar réditos de ello, ideología que se manifiesta delirantemente de muchas maneras, esta una de ellas, y que lleva a situaciones tan estrambóticas como que a un hombre que maltrata a su pareja transexual podría aplicársele códigos distintos dependiendo si el transexual ha hecho su viaje de hombre a mujer o de mujer a hombre. No sé si me entiendes, Javier, aunque seguramente no. No es de extrañar tampoco que, habiéndose llenado el mundo de papanatas que defienden y se tragan según qué cosas, tú y tu partido os hayáis subido al carro con vuestro algodón que no engaña. Aunque, calibrando un poco más, lo vuestro, más que papanatismo, es híper-hipocresía marca  Aliada.