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ADMONICIONES DE UN FILOSOFO

Puede ser que los tiempos que corren, en los que la zozobra política y la descomposición ética campan por sus respetos, estén interfiriendo en el normal funcionamiento neuronal incluso de personajes a los que se les da por supuesta una capacidad intelectual superior, como sería el caso de Fernando Savater, filósofo. Sin necesidad de comulgar con sus posiciones ideológicas, uno, que no es nadie, suele mirar con respeto, en cuanto a su capacidad, a quienes tienen acreditado un nivel intelectual superior, que viene avalado, entre otras cosas, por su obra escrita. Yo, que modestamente opino que Azaña, por ejemplo, fue un personaje nefasto por su sectarismo y su incapacidad para alcanzar a ver las consecuencias de su acción política –entre ellas, llevar a España a una guerra civil–, no puedo más que afirmar que era un hombre intelectualmente privilegiado y un personaje de altura máxima que, incluso habiendo sido un desastre nacional, es digno de admiración en tanto en cuanto destaca del resto, aunque sea desde el infierno. 

Fernando Savater, que es un filósofo de reconocido prestigio con una respetable producción escrita, nos dejó en El País del 7 de enero, a modo de regalo de Reyes tardío, una deposición dirigida a todo el espectro de votantes titulada “Ni podemos, ni debemos”, deposición en la que, entre otras cosas, afirmaba lo siguiente:

Como están de actualidad las listas, comenzaré con la de quienes pueden saltarse este artículo con tranquilidad, porque la cosa no va con ellos... o como si no fuera. En primer término, los que forman el partido mayoritario del país según las últimas elecciones, dos millones de votos por delante del siguiente. Me refiero, claro está, a quienes no votan, sea porque están en la inopia (“¡y yo qué sé!”) o porque creen pertenecer a la élite (“a mí no me engañan, yo no entro en el juego”). En los comicios con mayor oferta política de nuestra historia reciente no han encontrado motivo para salir de casa (excluyo, por supuesto, a los miles que quisieron votar desde el extranjero y no pudieron hacerlo por una infecta burocracia). La verdad es que no merecen vivir en un país democrático, sino en un establo con televisión y ADSL. Ahí seguirán, hasta que el voto obligatorio les recuerde que son ciudadanos mal que les pese. http://elpais.com/elpais/2016/01/04/opinion/1451911652_438237.html

Como es sabido, Savater ejerció su embrujo “intelectual” adosándose a UPyD, con el que presentó su candidatura al Senado, al que igual incluso accedió, que yo no me acuerdo ni me importa. Es, por lo tanto, hombre tremendamente comprometido con el sistema, más incluso que el figura de posiciones filo-eugenésicas (o eugenésicas del todo, bien mirado) que circula con el  muy apropiado nombre y más apropiado, si cabe, apellido de Arcadi Espada,  que es otro “intelectual” que ha avalado a otro partido político –Ciudadanos en este caso– aun sin militar en el mismo ni tener cargo alguno. O sea, parece que este tipo de figuras aspiraran poco menos que al honorable papel de ciudadanos tipo Agrupación al Servicio de la República (la Segunda), pero de bajos vuelos y traídos a nuestros días en tiempo y categoría. Los de la Agrupación, que sí eran intelectuales sin comillas (Ortega, Marañón, Ayala), antes de empezar el segundo capítulo de la novela de terror a la que asistían, se percataron de que lo que realmente se vendía allí era mercancía directamente podrida más que averiada, así que salieron tarifando al poco porque aquello no había demócrata auténtico que lo aguantara, dejando que los Azaña y compañía se peleasen en su borrachera de sectarismo totalitario hasta llevar al desastre a todos los españoles, gracieta que  estamos aún pagando hoy día gracias al “revival” iniciado por ZP y continuado por el cerebro Pdr Snchz, que ahora nos quiere traer a los totalitarios con coleta. 

Ahora, leído el párrafo de Savater anteriormente citado, se diría que, herederos de los Azaña, Prieto, Largo, Martínez Barrio…, la falta de comprensión de lo que es democracia alcanza, además de a los políticos que se benefician de este sistema corrosivo, a estos “intelectuales” de medio pelo y con comillas. El recital de disparates que nos regala Savater en diez líneas valorando sancionadoramente la abstención y, en orgasmo final, ejerciendo de Torquemada de todo a cien es difícilmente superable.  En principio, a uno le cuesta creer que un tipo de su preparación pueda soltar una ráfaga tan disparatada, a menos que esto sea el reflejo incontrolado del totalitario que debe de llevar dentro.

Empieza Savater en su perla de diez líneas restringiendo el abstencionismo a dos tipos de individuos (a los que él otorga generosamente la categoría de ciudadanos a su pesar): los que “están en la inopia” –o sea, que son lerdos desinformados–  y los que “creen  pertenecer a la élite” –porque no se dejan engañar y no entran en el juego–. Se olvida Savater, en su confusión de teoría política,  que hay dos tipos de abstención, de la misma manera que hay dos tipos de intelectuales: por un lado, la que podríamos llamar irresponsable, producto de la desidia la mayor de las veces y, siempre, de la irreflexión; y por el otro, la fundamentada intelectualmente, producto del análisis de la oferta que se presenta. Seguramente, Savater  no incluiría a un abstencionista de los referéndums de Franco en su ejército de lelos y ciudadanos con ínfulas, porque Savater sabe que aquella oferta procedía de una dictadura. De lo que parece  no haberse enterado, sin embargo, es de que la oferta de hoy está igualmente contaminada. Y lo que él se cree que es diferente a aquella dictadura (o, quizás, se quiere creer, que es más cómodo), y que él pasa por democracia, es una oligarquía de partidos, que es algo muy distinto. En breve, se lo recuerdo, ya que me parece inconcebible que no lo conozca: los fundamentos irrenunciables de la democracia son dos: representatividad y separación de poderes. Ninguno de los dos existen en nuestro sistema, porque ni elegimos a nuestros diputados (porque optamos por los que nos ofrecen los partidos), ni los poderes legislativo, ejecutivo y judicial están separados, porque el presidente es elegido por los diputados de esas listas y los jueces por el poder político.

Quizás lo que le ocurre a Savater es que, habiendo sufrido una dictadura en su momento, se quedó traumatizado, y cualquier sucedáneo lo pasa como caviar ruso, o quizás que él mismo es un autoritario disfrazado. Aquí no se trata de entrar o no entrar en un juego, se trata de no avalar una dictadura de partidos y de aspirar a una democracia. Y tampoco se trata de no encontrar un “motivo para salir de casa”, sino de haber encontrado uno perfectamente fundamentado para quedarse en ella y no colaborar a la continuación de un sistema hijo directo del franquismo. Así que, tras ese arrebato totalitario en el que nos aplica su látigo de arrogancia –y bien merecido que lo tenemos, por malos ciudadanos que somos–, explicándonos que, si por él fuera, no nos dejaría vivir en un país democrático (que, uy, en realidad no lo es), culmina el disparate confundiendo lo que es un derecho y lo que es un deber. Para un filósofo, no está nada mal.

No es de extrañar que un tipo que da por válida la obligatoriedad del voto se sienta satisfecho en esta charca postfranquista, donde él se considera ciudadano por ejercer el derecho a optar por lo que ya han elegido otros previamente. Para quienes no se han enterado, malas noticias: somos siervos con libertades individuales, y no ciudadanos, para lo que se requiere libertad política. 

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COMENTARIOS [0]
[ wh ] ha dicho:
28-01-2016
Citando a bg_rules :: No. 4 :: 27-01-2016

Un par de puntualizaciones, o más, al comentario de mi estimado wh:

1.- Se equivoca de lado a lado cuando afirma que los abstencionistas fundamentados -si es que por tal término se refiere a gente como yo- no admit...

Un par de “repuntualizaciones”, o menos, a la respuesta de mi estimadísimo bg_rules:

1- ¡Cómo se nota que bg_rules –afortunadamente para él- sólo ha vivido en el tardofranquismo y en la imperfecta y mejorable “democracia” actual! Es decir, en la mejor etapa, desde el punto de vista de la estabilidad política y el nivel medio de vida, de la larga historia de España –continuidad histórica que también corre peligro en estos momentos-. Para mi estimadísimo bg_rules no estamos viviendo una situación excepcional porque él no cree en la posibilidad de una Venezuela española. He de decir que lo entiendo, no es nuevo para mi, pues está exactamente es la misma posición que un amigo venezolano que, en 1998, aquí, en España, me argumentaba con la misma convicción  bg_ruliana sobre la imposibilidad de un giro a lo cubano en Venezuela. Ahora, por suerte para él, vive en Miami, pero tiene una parte importante de su familia sufriendo de las miserias derivadas del chavismo. Pero lo peor, en mi modesta opinión, no es eso, lo peor es que mi estimado bg_rules se coloca casi en la misma posición por la que, justamente,  criticó a Savater, afirmando, con una seguridad pasmosa, que “me equivoco de lado a lado”. Pues yo no sé si me equivoco. Y digo más, me encantaría estar equivocado y haber sobrevalorado los riesgos de un cambio a lo podemita, pero mi error –si estoy equivocado, como afirma bg_rules- no tendría consecuencia alguna. El suyo, y el de los más de nueve millones que adoptaron  su misma posición, o sea, el de esa significativa mayoría que monta más que el partido más votado, sí que será relevante. Ellos, esa mayoría que se queda -tranquila e intelectualmente feliz con su coherente decisión- en casa, a verlas venir, no puede crear tampoco, con esa inacción aislada, movimiento alguno que ayude a destruir el actual régimen partitocrático (deseo en el que sí coincidimos), pero sí podrían habernos evitado la situación que ahora vivimos sólo con molestarse en caminar unos cuantos metros y, tanto o más asqueados que yo mismo, depositar su voto por algún partido constitucionalista que, al menos, garantizase un mínimo de estabilidad política. Y a eso es a lo que me refiero con mi “votito de arena” (aunque beneficie al equipo del impresentable Arenas). Mi “votito de arena” es el votito del miedo y el de la experiencia, que no deseo a nadie, de pasar en dos años de una vida normal a una cartilla de racionamiento que –y jode decirlo, porque demuestra hasta donde pueden extender la miseria- aplaudirían ahora los cubanos de 2016. 

2- La segunda parte es aún más savateriana: “desde el punto de vista intelectual (la posición abstencionista fundamentada, aclaración de wh), es un ejercicio de honradez con los propios principios” . Esto es duro, va directo al corazón. O sea que yo, que me tapo la nariz al ir a votar, no soy honrado. Pues bien, lo acepto, no lo soy: he votado a un mal menor  para evitar un mal mayor; he votado la opción menos mala (en mi opinión) porque no tenía la opción de votar a la que desearía, la de un partido realmente liberal. No tengo, también lo admito, la conciencia tranquila cuando oigo o veo al inane de Rajoy…pero al menos evitaré la cara de tonto que se le puede poner a alguno si, desgraciadamente, ocurre lo que tanto temo. 

Ah, y lo de una abstención mayoritaria que, automáticamente, provoque un período constituyente es un sano deseo que, me temo, nunca se hará realidad. Me cuesta admitir que alguien tan inteligente crea en la posibilidad de una situación como esa cuando sabe, sobradamente, que una parte importante del voto a los corruptos partidos políticos de esta imperfecta democracia es producto de la relación clientelar entre votante y votado. Nunca, que yo recuerde, la abstención ha pasado del 30 %. Es un ejercicio muy respetable de honradez con los propios principios lo de no votar, pero lo de creer que el cambio vendrá de una pasiva abstención absoluta es -en la opinión de este hombre que tan frecuentemente se equivoca- un respetable ejercicio de imaginación para, coherentemente, justificar la inacción.

[ bg_rules ] ha dicho:
27-01-2016

Un par de puntualizaciones, o más, al comentario de mi estimado wh:

1.- Se equivoca de lado a lado cuando afirma que los abstencionistas fundamentados -si es que por tal término se refiere a gente como yo- no admiten que haya "situaciones excepcionales que obligan a salirse del recto sendero de la armonía intelectual". Esto es algo que ocurre constantemente en la vida, de forma que en muchas ocasiones hay que renunciar a ciertas posiciones para evitar males mayores. De manera que, para empezar, yo me voy a sacudir el muerto que astutamente me ha colocado, porque no es mío. 

Por el contrario, lo que sí que es materia de discusión es cuándo hay que renunciar a esas ciertas posiciones. Y ese cuándo es lo que wh ha decidido que, por servirle a él, ha de servirnos a todos de igual manera en el mismo momento. Es decir, del hecho de que uno crea que es el momento de renunciar a ciertas posiciones se deriva necesariamente que todos deben hacer lo mismo, lo cual tiene un tinte bastante impositivo. Tampoco cuela la apuesta en este caso, ni siquiera con su muy acertada descripción de la situación política actual y los riesgos que asoman por la puerta, los cuales sí son más discutibles. Y para que no lo parezcan tanto, vuelve a equivocarse wh tirando de un referente acaecido en otro tiempo, en otro lugar y con otras circunstancias, desatendiendo a esa divergencias y apoyándose en la similitud del teórico proceso que aquí y hoy ni se ha producido ni, en mi opinión, se va a producir. 

2.- Lo que es respetable de la posición abstencionista estriba en dos cosas fundamentalmente, dependiendo de a qué se atienda: desde el punto de vista intelectual, es un ejercicio de honradez con los propios principios; desde el punto de vista práctico, es el único modo que hay actualmente para conseguir revertir el estado de partidos y llegar a una democracia real. Mientras se refrende el sistema con los votos, el sistema no cambiará, a menos que utilizando el propio sistema corrupto en origen alimentado por esos votos, se infiltre un partido totalitario y se haga con el poder. En nuestro caso, el propio sistema, que es el responsable a través del refrendo de los votos, ha propiciado, impulsado y permitido que se infiltre un partido totalitario de izquierdas. Las cuatro posibilidades que se abren, una vez que el sistema reforzado por los votos se ha descompuesto hasta tal punto que peligra su propia supervivencia, son las siguientes: dictadura de derechas, que no tiene base social real en España; la dictadura de izquierdas, que representa Podemos y ya es una realida; la continuidad de actual sistema hasta la siguiente crisis que nos vuelva a abocar a las dos opciones anteriores, y, finalmente, un giro ahacia la democracia, por medio de la abstención mayoritaria, con un período constituyente, pero no de reforma de la actual constitución.

Por lo tanto, por enésima vez creo que hierra wh cuando dice, no sin cierto tono sospechoso, eso de que, todos derrotados y ambos ya con la etiqueta de fachas endosada, él al menos podrá decir que puso su "votito" para evitarlo. No: lo que precisamente lleva el electorado haciendo hace años es, con ese "votito", propiciar el estado de cosas actual. Es decir, ni desde el punto de vista teórico, ni desde el punto de vista matemático serán los abstencionistas los responsables de una hipotética llegada de los totalitarios. Los responsables, no nos confundamos, lo serán más bien quienes los han creado e impulsado con la legitimación de los votos recibidos, precisamente.

En resumen, coincidimos en el análisis de la actual situación, pero de ningún modo en el reparto de responsabilidades. Estamos como estamos porque el sistema es como es, y lo que se derive de esta situación será responsabilidad de quienes lo han traído, que desde luego no son los abstencionistas.

[ zarpi ] ha dicho:
27-01-2016

No sé si llega a alegrón, pero sin duda esas palabras de Savater me han supuesto bastante alivio.

Si algo me repatea actualmente de esta mediática dictadura perfecta de los partidos y votar, es que siga colando para la inmensa y colaboradora mayoría, aunque para activar el voto tengan que tirar de inventos cada vez más surrealistas (véanse Podemos o Cs)

Así que gracias, Savater, y espero que en realidad seais muchos más los promocionados figurones fastidiados por dicho asunto, aunque a "nuestro" $ist€ma traidor por cuenta ajena no le convenga airearlo mucho.

PD. Y que siga la racha y cada vez os cueste más seguir engañando al personal.

[ wh ] ha dicho:
27-01-2016

Hay que comenzar reconociendo que Don Fernando, con esa soberbia tan típicamente española,  se atribuye el derecho a agrupar en dos clases, “tontos” y “sobraos” –para ponerlo en un lenguaje más coloquial- a los que democráticamente -¡ay, esa palabra!-,  y por muy diversas razones, han decidido abstenerse en estas últimas elecciones. Y luego, para rematar el error, insulta y saca, fuera ya de control, esa vena dictatorial que muchos llevan dentro para proponer, en contradicción flagrante con su supuesto talante,  un antidemocrático voto  obligatorio.

Quizás Don Fernando no tiene ningún amigo -como lo tengo yo- con una sólida convicción abstencionista que, además,  no encaja en lo más mínimo en la tosca clasificación savateriana. Para complicarme más las cosas esta mañana es ese amigo el que escribe esta entrada. Con él coincido en su clasificación del abstencionismo y certifico que, el suyo, es un abstencionismo bien fundamentado y que respeto…pero hasta aquí llegan mis coincidencias.

Lo que no admiten los abstencionistas fundamentados -porque entenderlo, lo entienden- es que hay situaciones excepcionales que obligan a salirse del recto sendero de la armonía intelectual y tomar un atajo -sucio y maloliente, lo admito-  para evitar males mayores. Y, en el caso de estas últimas elecciones, esos males mayores tienen dos nombres claros: PODEMOS y PSOE. El primero, las hordas chavistas-leninistas del Coleta Morada, viene a destruir el mejorable sistema que nos hemos dado para convertirnos en la dictatorial Venezuela de Europa; si a alguien no le queda claro esto es porque está en la misma línea que ellos o no se ha molestado en escuchar lo que llevan diciendo sus más mediáticos capataces en los últimos tres años –e incluyo las bajadas de tono, para cazar incautos, de los períodos electorales-. El segundo, el PSOE, atrapado en la obsesión personal por el poder de su secretario general, el obtuso Pdr Snchz, puede ser el tonto útil que les permita a los anti-sistema tomar poder y lanzarnos a una deriva que costaría años de esfuerzo revertir. Miremos el caso de Venezuela donde, a pesar de perder las elecciones, Maduro sigue mandando. No olvidemos el caso de Cuba, que he vivido en primera persona, y del que recuerdo a algunos de mis mayores -en modo abstencionista fundamentado ON- argumentar, en 1959, que unos incapaces e ignorantes como esos no durarían más de tres años en el poder…pues llevan 57, y sumando. Esos son los peligros que los menos ortodoxos, los que estuvimos dispuestos a taparnos la nariz y tomar el atajo pepero, quisimos evitar.

Lo que pasa es que, al final, la igualitaria realidad que vendrá si los podemitas consiguen el poder nos colocará a ambos la etiqueta de fachas; pero yo, al menos, puse mi votito de arena para evitarlo.

[ pezuco ] ha dicho:
27-01-2016

 

Yo creo que si el Sr Savater es considerado filósofo es en gran parte debido al "nivelazo" actual español. Algo así como dice el refrán: "en el país de ciegos, el tuerto es el rey". En su caso concreto me entristece leer esas patochadas, dado que tiene una extensa trayectoria, y su posicionamiento moral frente a la ETA siempre me pareció admirable.

¿Qué le hizo perder el norte y decir lo qe dice? La edad, las hemorroides, la desaparición de facto de UPYD, la bajada del precio del barril de crudo... cualquiera sabe. 

Sí me gustaría decir que Manuel Azaña fue un personaje cuanto menos oscuro en la historia de España, que no supo estar a la altura en un momento delicado en que los españoles se enfrentaban a muerte, y más se necesitaban bomberos y menos pirómanos. Citas suyas como la comparación del valor de un miliciano con el de los conventos que su gobierno alentaban quemar le define a la perfección.

Y bueno, para alguien que ni vota ni votará hasta que no perciba que lo que impera en España sea algo parecido a una democracia de verdad, y mi posible voto no tenga el mismo valor que el de un filoetarra, las palabras de Sabater suenan a insulto. En la situación actual, la abstención resulta, además de absolutamente democrática, un acto de higiene moral. Debería filosofar un poco el protagonista de este artículo acerca de la casualidad resultante de comprobar que son las naciones menos democráticas donde votar es obligatorio y/o sancionable no hacerlo.

 

P.D. "Piedad y misericordia" suplicaba Azaña al cura que ordenó llamar en su lecho de muerte para su confesión . Uno de esos sacerdotes que no pudieron quemar vivos  en los conventos que tan a gusto prendieron fuego los amigos de D. Manuel. Y pensar que sus memorias eran en libro de cabecera del presidente Aznar... ¡Qué tiempos en que el PP pasó a ser el centro reformista!. Claro que mirando el legado de Rajao, ahora pasó a ser una socialdemocracia.