Si alguien me dice que, luego del papelón de Ipurúa, un entrenador que de forma tan fluida habla de carros y cojones, como Santiago Solari, iba a permitir la repetición de aquel bochornoso espectáculo en El Alcoraz, hubiese sonreído abiertamente y habría exigido
una apuesta. Por suerte para mí nada parecido ocurrió. O quizás no fue suerte, sino la consecuencia de la poca confianza que este equipo ha inoculado en el corazón de una gran parte del madridismo, porque, con todo respeto para los gladiadores de Francisco, no jugábamos contra el Bayern de Munich, sino contra el colista de la Liga Santander.
El único gol del partido llegó, apenas iniciado este, en una jugada en que todo el mérito se lo llevaron Odriozola –quien sirvió el balón a Bale- y en el galés, que, libre de marca, enganchó una volea frente a la que nada pudo hacer el eficiente Jovanovic, pero todos olvidan que fue Marco Llorente –otro buen partido para su currículum- quien inició la jugada poniendo un balón perfecto a un abierto -y despierto- Odriozola. En ese momento parecía que podríamos ver más goles blancos, pero no fue así y, lo que es peor, las mejores oportunidades las fabricaron los oscenses tanto en esa primera mitad como en la segunda. Si el Huesca se quedó sin goles fue porque en el Madrid jugó, ayer, un belga de apellido Courtois y porque ellos mismos fallaron claras ocasiones en las que ese mismo belga ya estaba vencido. Por parte del Madrid no recuerdo un solo disparo entre los tres palos que no saliera de la pierna izquierda del galés y que, de paso, permitieron lucirse en un par de ocasiones al portero del Huesca. El Madrid no sólo no supo parar la presión de los chicos de Francisco, sino que fueron incapaces de generar más oportunidades de gol que ellos.
La seg
unda mitad fue peor que la primera y si hubiésemos podido confeccionar, al modo chino, un ser humano a medida, nacido ayer, con aspecto y desarrollo mental de un hombre –o mujer, u hombro, coñe, que no debo olvidarme nunca de que nos movemos en un rojo lodazal- de veinte años, sin información alguna, y al que hubiésemos dado, para evaluar el partido, el historial de cada uno de los equipos y, en medio de la segunda parte, le hubiésemos pedido que identificara cuál era cada uno de ellos, no tengo la menor duda que habría dicho: “Los que van de blanco son los del Huesca”. ¡Increíble que estuviésemos viendo al Campeón de Europa totalmente dominado por el colista de la liga española! ¿O no?
¿Podemos escudarnos, para intentar justificar lo que ocurrió en El Alcoraz, con argumentos como que el campo no estaba en buen estado o que había mucho viento? En mi opinión, no, pues jugamos igualmente mal con el viento en contra y con el viento a favor, sin saber adaptarnos en ninguno de los dos casos. Cierto es que tenemos muchos jugadores lesionados y eso condiciona las alineaciones, pero hay uno, joven, peleón y sano, que estaba aterido de frío en el banquillo y al que Santiago no le prestó mucha atención. Solari, evidentemente, no estaba contento con lo que estaba viendo y decidió hacer cambios. El primer señalado fue Dani Ceballos –minuto 58-, que no estuvo nada bien ayer; el sustituto –y no sé si Santi es votante de VOX, pero de lo que sí estoy se
guro es de que le va el verde-, Fede Valderde, tampoco hizo nada notable en lo que quedaba de partido (y, ojo, aclaro, me gusta este jugador). En el 66, se fue al banquillo Golden Modric, que va mejorando pero sigue muy lejos de lo que fue, y entró -¿quién si no?- Isco; la vida siguió igual, o sea, mal. El último cambió –minuto 76- seguramente ya estaba certificado y acuñado desde el día anterior: Asensio por el mejor jugador de ataque del Madrid en este encuentro, Gareth Bale. Resultado conjunto del cambio de fichas: acoso a la portería blanca hasta el último segundo de partido. En mi opinión, sólo gracias a Bale y a Courtois nos llevamos a casa esos tres sufridos puntos que siempre, a priori, se dan por ganados.
También podríamos intentar buscar justificación en el arbitraje de Melero Lopez, en su arbitraria “donación” de tarjetas y en algunas más que discutibles decisiones, pero creo que eso es intentar marear una perdiz que ya está más que mareada, pues si hubiésemos tenido a un Madrid al nivel de su salario, el Huesca debería haber salido goleado. Es el Madrid el único responsable de lo que estamos viendo: el entrenador, los jugadores y, en última instancia, el hombre que ayer, generoso y feliz, alquiló el Bernabéu a los argentinos. Por cierto, ¿cómo terminó ese partido?
Es verdad que hay un asunto más preocupante que los demás. Y creo que una vez diagnosticado, sólo nos vale ya la cirugía.
El Presidente de la Generalidad de Cataluña es el máximo representante del Estado español en Cataluña y está en rebelión contra España utilizando a ese fin todos los medios y fuerzas públicos de que dispone por razón de su cargo; además está aliado con el Gobierno de España, quien debería frenarlo pero depende de él para gobernar y lo mantiene. Es un círculo vicioso. Un delito. Esta es la enfermedad.
La inacción del Gobierno de España o andar con circunloquios no modifica la gravísima situación: Se puede estar ya colaborando con un delito.
De Solari y de La Libertadores, ya hablaremos.
Tenemos dos problemas, doncel. Uno menor, de color blanco, y otro, muchísimo mayor, de color rojo.
Para el blanco nos bastamos nosotros mismos, si alguien pone orden y concierto en el vestuario y entiende que el fútbol que estamos jugando es pura basura. ¿Para eso, se supone, esta Solari, no? Y, si Solari no resuelve el problema, ahí debería de aparecer el presidente para rectificar los problemas antes señalados. Ahí, por suerte, no necesitamos para nada de Sanchez.
El problema rojo es mucho más grave y creo que, como no debemos ceder a la presión totalitaria roja, terminará dirimiéndose en las calles. El que nos metió en esta situación de tan difícil salida, por neta cobardía, fue Mariano Rajoy y, ahora, Pedro Sánchez, cuyo único objetivo es el de romper el récord de estancia en Moncloa, cederá ante los golpistas catalanes en todo lo que sea necesario para mantener vivo el sueño de su vida.
No veo posibiidad alguna de que el PSOE aplique el 155, a menos que Casado y Rivera le prometan a Sánchez que, saque los votos que saque el las próximas elecciones, lo harán presidente. De estos otros dos, y sus partidos, siempre me espero lo peor. Y es por eso que he puesto todas mis esperanzas y aporto toda la colaboración posible para que VOX tenga suficientes escaños para comenzar la regeneración que tanto necesita nuestra patria.
¡VOX! ¡España!
Me asquearon, por este orden, las fostias del rival, los tejemanejes del chifle y nuestro juego.
La segunda parte fue criminal; me tuve que poner a hacer algo de provecho pa mitigar el malestar: concretamente, pelas manzanas pa compota, que ye tiempo.
Despachada la desgracia futbolera, voy con la esperanza meta; sí, cuanto más aprientan los enemigos, más esperanzado me siento, y, si no os lo digo cantando, es porque no se ha dado ocasión propicia. Igual mañana sí.
El 21, el desgobierno del sinvergüenza con doctorado regalado va a dejar hacer en Cat a placer. Su plan no es en absoluto defender, en primera línea, a los ciudadanos no secesionatas de Cat, sino, muy al contrario, dejarlos completamente tirados para que, a base del más vil zarandeo liberticida, acepten de una vez como inevitable la componenda de hecho que los hará extranjeros en su tierra, y para que, el resto de españoles que miremos desde fuera de Cat, vayamos aceptando la voladura incruenta de nuestra nación como mal menor; como la factura tardía pero justa, según ellos, de haber osado lograr y disfrutar muchos decenios la pacífica convivencia y la prosperidad en una -según ellos- nación artificial creada y mantenida a base de represión.
Pero somos muchos quienes no tragamos y no nos allanaremos jamás, ni en Cat ni en el resto de España ni en el ancho mundo. Y de ahí mi esperanza creciente.
España y libertad, miserables
De acuerdo con Ocín y con gran parte de la crónica de wh pero, no con toda. Discrepo en que tuviera más ocasiones de marcar el Huesca que el Madrid. Sólo tuvo una. Las otras que refiere no fueron más que dos tiros muy lejanos que, bien colocado, Courtois despejó perfectamente. Sólo Bale, pudo haber marcado en otros tres tiros muy buenos, a dos de los cuales correspondió el arquero del Huesca con dos soberbios paradones. El restante, fue una vaselina que se perdió por muy poco.
Y, además, hubo un centro medido del galés que desperdicio, absurdamente, un horroroso ayer Lucas Vázquez, al cerrar los ojos cuando ya le estaba llegando el balón, prácticamente, directo a su frente para rematar.
De todas formas, no debe ser fácil jugar en un patatal en el que el balón bota para cualquier lado, con un vendaval soplando, mientras te cosen a patadas con el estímulo arbitral que te muestra a tí las amarillas mientras te pegan, que, además, te corta dos claras jugadas de gol por fuera de juego inexistente, no sanciona un penalty tan claro como absurdo, al atropellar por la espalda, en el pico del área a Lucas V y que, te detiene una jugada de ataque, en clara ventaja, para sancionar con falta a tu favor. Vamos, lo habitual.
¡Viva España viva y viva VOX,
Totalmente de acuerdo, con la "crónica". Los despejes de ellos iban a ellos, los nuestros iban a ellos, los saques de su portero acababan en sus pies, el del nuestro también en los suyos. Si había un compañero rodeado de dos contrarios a ese iba el pase, salvo que hubiera otro que estuviera rodeado por 3. Y el único jugador que chutó a puerta, que se fue el mismo que ganó la línea de fondo para que los compañeros no pusieran la cabecita lo cambiaron, para sacar a los héroes del dificilísimo partido del Melilla. En fín, que Santiago Hernán si se deja influir por la Tattagliada. Y como dice el cronista, del árbitro hoy no toca hablar, al menos no lesionaron a ninguno
Estoy, por supuesto, con lo que escribe Ocín. Tanto en lo de que es lo más importante como en la urgencia en parar la deriva que han iniciado tras el sustazo que se han llevado en Andalucía... pero si seguimos viendo los partidos del Madrid hay que decir que lo que vemos no nos gusta nada. Nada de nada y ya ha siendo hora, como apunta bg_rules, que también en esa florentinocracia empecemos a exigir cambios.
Muy bien Ocín: el "meta" debe ser nuestra primera preocupación, y pararle los pies a los facistas rojos que intentan arrebatarnos nuestras libertades, lo primerísimo. Pero, ojo, sin perder los nervios porque esas provocaciones lo que están esperando es una respuesta violenta por nuestra parte para, entonces, exigir que la las fuerzas, supuestamente, del orden, esas que hacen como que no se enteran de lo de Marinaleda o de lo chico de las Vascongadas, vayan a por los nuestros. Hacen muy bien los líderes de VOX respondiendo a todo, pero respondiendo, siempre, por los cauces legales.
Y no olvidemos que uno de los principales responsables de que estos comunistas campeen a sus anchas por nuestras calles la tiene el mismo PP que ahora llama para que volvamos a sus filas. ¡Ni de coña!
¡VOX y España!
Me gustaria comentar la buena entrada del artista WH, pero esán sucediendo cosas tan graves en el meta, que volver a ver un partido del Madrid tan malo, ya no me llama la atención.
En Marinaleda, a la busca y captura del votante de Vox; en la AP7 , los esforzados camioneros parados en una primera trampa (después están los chalecos amarillos),para que se eche a perder toda su cosecha; en Bruselas un iluminado pidiendo una guerra a la "Eslovenia"y así toda nuestra España esquilmada por una asquerosa partitocracia, que lo único que les interesa es que los españoles sigamos dormidos.
O los paramos o nos paran, aquí cada vez es más tarde para buenismos y tibiezas. Y luego no se explican el triunfo de Vox en Andalucia. Nos hace falta MAS Vox.
Viva España, Vox y Libertad
No me extraña que el blogger diga que la segunda parte fue peor aún que la primera, porque otra cosa sería imposible. Sólo vi la última media hora y me pareció un bodrio de tal envergadura que daba más vergüenza que hastío ver a esta panda. El Madtrid está en una situación preocupante porque se está solidificando y normalizando esta desidia liguera. Es como lo de España, donde las salvajadas y asaltos a la democracia son tan cotidianos que ya a todo el mundo le parecen normales. En ambos lados hace falta una renovación con urgencia.