Luego del quinto partido consecutivo sin ganar, la fantasmal aparición de Zombitegui en la rueda de prensa parecía la de un boxeador noqueado que todavía no se ha enterado de que ha perdido la pelea. ¿Que el Madrid mereció ganar y que todo esto se revierte con trabajo y más trabajo? No entiendo nada. Si el Madrid mereció ganar este partido, el anterior, el anterior y el anterior, pues todo será cuestión de suerte y, seguramente, si nuestro querido entrenador visita a algún “santero” cubano –que en Madrid, los hay-, el problema quedará resuelto antes del decisivo partido contra los también renq
ueantes líderes y, así, no habrá que someter a nuestros pobres chicos a un régimen de trabajo tipo Auschwitz futbolero. O quizás, eso fue lo que hizo tras concluir sus amables encuentros con periolistos y presidentes –sí, esto último no es un error, me refiero a SR y al SS-, y de ahí la lesión de la estrella enemiga.
El lenguaje de la mayor parte de los entrenadores en estos tiempos –por eso me gusta tanto Mou, que nunca es políticamente correcto- se parece cada vez más al de los políticos de hoy: soltar mentira tras mentira para intentar mantener calmados a la parte más aborregada de sus rebaños…, y por ese camino iba el aburrido bla, bla, bla de Zombitegui. De lo que se olvida nuestro míster –es un decir, mío no es- es que el SS tiene suprema alergia a los pitos y a las pañoladas, y ya tendrá a más de un sucesor en la cartera que, además, sea cual sea, hará sonreír de felicidad al falsete del Rubiales. Porque el Floren va a lo que va, a lo del New Stadium, y necesita ganar tiempo a costa de la cabeza que sea. La suya, que algunos queremos ver fuera del Real Madrid, never, never, n
ever.
La situación del Real Madrid, tras nueve jornadas de Liga, es humillante: estamos a cuatro puntos del Barcelona, en quinta posición y con más partidos empatados y perdidos que ganados…, y eso que ninguno de los que están por encima de nosotros está haciendo una temporada notable, con la honrosísima excepción del Alavés. Y esos pésimos resultados, a pesar de un aplastante –y para algunos, brillante- dominio del balón. Bueno, habrá que consolarse pensando que bajo las reglas del New Futbol somos líderes, aunque la UEFA no se dé por enterada.
¿Y el Madrid mereció ganar el partido de ayer? Pues no lo sé. Hubo tres balones que se estrellaron contra los palos, quince saques de esquina, nueve o diez disparos que fueron a puerta–la mayor parte directos al gran muñeco que fue ayer el portero levantino- y muchos más que salieron desviados. ¿Y qué? La pelota hay que meterla e impedir que te la metan, y a los doce minutos, en casa, con un rival de segunda fila, ya íbamos con dos goles en contra. Que sí, que quedaban más de ochenta minutos para remontar –descuentos incluidos-, pero no fue hasta el minuto 72 que Marcelo, con la derecha, dio por cerrado el nuevo récord histórico de más minutos sin marcar un gol en la historia del Real Madrid, algo más que añadir al brillante currículum de Zombitegui.
Este Madrid no está bien y –esto es una muy discutible opinión- hay jugadores q
ue no están en forma, empezando por el gran Luka Modric y siguiendo por unos cuantos más, entre los que incluyo a los que no tienen poder real en el vestuario –o eso creo-, como Lucas Vázquez o Marco Asensio. El Madrid, aunque partido la mayor parte del tiempo y dejando golosos espacios a Morales -¡vaya la que le hizo al Almirante Ramos!-, mejoró mucho cuando un bien despierto Benzema y un Bale con ganas se unieron, en el ataque, a Mariano el Bueno, que, todo hay que decirlo, volvió a estar fallón. Mejoró aún más con la entrada de Ceballos, que dio más rapidez y más verticalidad al movimiento del balón, pero, señores, para entonces ya el Levante sabía lo que tenía que hacer para llevarse el partido: muy unidos en defensa y a perder todo el tiempo posible vía calambres y contusiones.
Dicen que Lopetegui salió de la reunión florentina convencido de que se queda; servidor, muy resabiado antiflorentinista, sabe que la mecha que disparará al limbo al hombre que no quiso ser de Rubiales ya está encendida. Ya veremos cuándo gritan "¡Fuego!" desde el palco vil -perdón, quise decir VIP-.
P. D.: Y Vinicius, ¿dónde está?
Aunque el modo en que sale el equipo al campo, sobrado de toda sobradez, no es de recibo, y nos cuesta un marcador en contra que luego tenemos que remontar -"tenemos que", pero ya no conseguimos- también hay que decir que, tras unos pocos partidos en los que el VAr repartía justicia, y tras las quejas amargas de El Hormonado, el actor Busqui y otros farsantes, los arbitrajes han pasado a ser nefastos para el Madrid.
Agradecería que un alma caritativa me explicase alguna decisió arbitral del partido contra el Levante que no consigo entender. El penalti en contra no lo veo (por cierto, la jugada viene ya precedida de un error arbitral que permite el ataque de los valencianos). A nosotros nos sacan una tarjeta por nada, pero cuando Asensio corre paralelo al lateral izquierdo del área enemiga e intenta penetrarla, en una muy clara ocasión de contraataque, con pocos defensores, lo derriba, y el árbitro pita la falta, pero no saca tarjeta.
Tampoco entiendo la jugada del gol que nos anulan. La pelota rebota sobre la línea de gol, y Asensio, que se encuentra justo ahí, intenta rematar. Le pegan un soberano empujón (como es costumbre contra los jugadores dle Madrid, sin que los árbitros tomen nota -nunca), y en un gesto instimtivo por mantener el equilibrio sube los brazos, toca el balón y lo introduce en la portería. ¿Qué es eso? Yo entiendo que penalti. Penalti CLARO (disculpen las mayúsculas, pero es que los árbitros me tienen ya hasta los cataplines). Ahora, si un alma caritativa puede hacerme ver que las cosas son de otra manera...
Se dice de CRonaldo... El año pasado hicimos el mismo ridículo en Liga con CRonaldo. CRonaldo no es imprescidible para ganar, o CSKA, Levante, Sevilla o Alavés -que tampoco tienen a CRonaldo- no serían capaces de ganar nunca, y ya hemos visto que no es así. Con jugadores que no venden camisetas, también se puede ganar, como CSKA, Levante, Sevilla y Alavés han demostrado.
Reglas para hacer de un partido de fútbol un espectaculo cómico-taurino-musical (vulg CHARLOTADA):
1º Póngase un central campeón del mundo que se trague un pase que costaría un bebé ( A ver ¿donde hay un bebe que corte ese pase?).
2º Póngase al mejor portero del Mundial para que salga tarde y no enmiende a su compañero.
3º Póngase a unos delanteros que apunten perfectamente al poste para que rebote.
4º Póngase a un árbitro y unos linieres que no entiendan nada del Reglamento, en cuanto a pérdidas de tiempo deliberadas.
5º Póngase a un equipo que convierta cualquieer contacto en una lesión gravísma que precise desfibrilador y traslado urgente al hospital.
6º Ese mismo equipo cuyo portero haga todo un arte de cada saque de puerta....para perder el mayor tiempo posible.
7º Un VAR que cuando está la barrera formada y el jugador dispuesto a lanzar la falta diga que no, que es penalty, o que cuando el balón está en el centro de campo para reanudar el juego tras un gol, diga que fue fuera de juego.
8º Añadase a unos jugadores que cobran tantos millones de euros, que no saben meter un gol al arco iris.
9º Un entrenador en la UCI.
Eh Voilá...........
Esta semana vamos a asistir a un espectáculo revelador de cómo está el "periodismo". Tengo curiosidad por ver cómo se gana los garbanzos más de uno tratando de desviar la responsabilidad de Florentino en todo esto.
bg_rules, lo explicas perfectamente. Si Modric no está bien, lo suyo sería tenerlo 1 mesecito en la grada. Pero no hay huevos para eso. Entre otras cosas porque se ha convertido en un reclamo del marketing, y lo crematístico condiciona lo deportivo hasta el punto de que pareciera que el Madrid se hubiese convertido en un negocio de venta de contenido futbolístico. Cuando los jugadores pasan a ser imagen en vez de obreros del balón, sucede lo que padecemos este año -y no es el primero.
De Ramos ni digo nada ya...
En cuanto a lo del abono, estamos iguales, BG.
En cuanto a la actitud, creo que es un caso como el de cualquier otra empresa (que eso es ahora el Madrid). Los empleados, una vez que saben lo que le gusta al jefe, sólo se esfuerzan en eso.
La Liga es cosa doméstica que solo interesa a los abonados presenciales, que aportan un 15% de los ingresos. Florentino prefiere un Champios o incluso un Mundialito que son los que rentan mediática y económicamente en todo el mundo, y para esto, los jugadores saben que han de esforzarse solamente diez partidos al año.
Pues a mí me parece que, si hay un momento en el que plantearse cortar cabezas, no es este, precisamente, o no al menos como consecuencia de este partido. Lo de ayer es una de esas ocasiones clásicas en las que un equipo tiene la suerte en su contra de principio a fin. De cada mil partidos como este, 999 los ganaría el Madrid por 5 o 6 a 3. Y de la misma manera que, en sentido contrario, las semifinales de la CHL del año pasado fueron una verbena en la que el Madrid tuvo la suerte de cara, eliminatoria que sacó adelante sin merecerlo y exclusivamente por la enorme potra que tuvo con un juego lamentable, ayer se perdió porque tocaba. Lo que sí pudiera ser razón para mandar al carajo a Lopetegui y, sobre todo, a Florentino, verdadero responsable de la situación, es lo que ha venido pasando en partidos y temporadas anteriores y que se puede resumir perfectamente en lo que vimos hacer ayer a Benzema.
Ayer, Benzema hizo, según lo vi yo, un partido soberbio, pero ya no tanto por lo que hizo en sí como por la acitud que tuvo. Pero el problema es, precisamente, esa actitud que tuvo. ¿Por qué Benzema, cuando el tiempo y la situación apretaban y se veía el partido perdido, decide dar la cara, arriesgar, entregarse..., en definitiva, ser un jugador de fútbol profesional, élite o no élite, y, sin embargo, en la mayoría de los partidos deambula y ejerce de oficinista aburrido y vago? Pues sencillamente porque se lo permiten. Es una auténtica vergüenza ver cómo los jugadores cambian de ritmo según les place, siendo esta una característica esencial del Madrid, lo que explica por qué es capaz de ganar una CHL o tres seguidas (suerte o no suerte) y, a la vez, quedar a veintitantos puntos del campeón de liga. En este sentido, nuestro equipo, y lo que es peor, nuestro club, está completamente podrido, de forma que este intolerable defecto se han terminado convirtiendo en su propia esencia. Sólo Mourinho cambió las cosas, pero nos duró tres minutos. Todo lo anterior y todo lo posterior, que yo recuerde, es más de lo mismo: jugadores endiosados, selectivos, con mando en el vestuario, caprichosos, mimados y mal educados, a quienes, mientras haya algún título, se les permite este tipo de actitudes. Si el Madrid tuviera el nivel de profesionalidad y entrega a los que está obligado por simple honradez profesional, sin duda tendríamos muchos más títulos, pero sobre todo podríamos salir satisfechos del campo independientemente de los resultados. Yo ayer salí muy satisfecho por el fútbol que vi, pero indignado porque aquí no manda la ética profesiona.
Me pasa un amigo un sonoro por wassap diciéndome que devuelva el abono. Ya lo tengo arreglado para la próxima temporada, ya que, finalmente y a pesar de mi voluntad, no pude hacerlo esta misma. Con la cuatro CHL, oooohhh, ooooooh, y todo, estoy hasta los cojones del Madrid: que se vayan todos a la mierda.
Apoyo la propuesta de Zape. El cabreo con el Lope, el equipo y el presidente que nunca da la cara está llegando a cotas que, en otros tiempos, produjeron algún que otro tsunami.
Esta semana será decisiva.
Esta vez parecía que sí, que FP arriesgó la imagen del Club en el osado fichaje de Lopetegui porque había un objetivo claro. POr primera vez creí que no era otro bandazo que tapase su anterior fracaso en el fichaje (o huída) de entrenador. Ya no hay más crédito.
-¿Cuando vais a ser capaces de hacer una pañolada al palco, amo? -me dice Zape-.
- Imposible, Zape. Si se intentara organizar con antelación sería diluída por los Roures y sus chiringuitos varios o por las gradas, compromisarios y peñas de subvención; si fuese espontánea en el campo bastaría con la insoportable potencia de la megafonía para contrarrestarla.
Las conversaciones ayer en la grada del Bernabéu eran de rendición total. El Madrid es sólo de y para Florentino. Está secuestrado.