Esto de El Columpio de las Decisiones suena como esos títulos célebres tipo La Hoguera de las Vanidades, La Caída de los Dioses o La Conjura de los Necios..., esta última muy bien ajustada a la parejita de marras, que vaya dos seres con vocación de péndulo que nos han caído encima. Estratégicamente, hemos de reconocerlo, no está nada mal tirado esto de marear la perdiz como maniobra de distracción del tortazo que nos hemos metido esta temporada, ¿eh?. ¿Que el club se ha ido al carajo el 5 de marzo? No pasa na: sacamos a pasear rumores y todos contentos y entretenidos haciendo apuestas sobre si viene blanco o viene negro -con perdón- o si viene de la derecha o viene de la izquierda -qué asco- (aquí somos beligerantes; se siente). Para una masa de materia gris en general tan acomodada, mejor barajar entrenadores que ponerse a reflexionar a ver por qué leñe pasan estas cosas en el club con mejor presupuesto del mundo detrás de los cochinillos de la esquinita, a quienes les vemos el culo en esto también. Los cerditos juegan con ventaja porque tienen un gobierno central tan generoso como subnormal que se lo financia, así que esto es como la liga, que además de tomárnosla a chirigota tiene culé-giados provistos de Var-celonas con moito presupuesto. Y si no estuviese difícil la cosa de por sí -o de per se, que es más fino-, pues ahí tenemos a nuestros trapecistas dando por retambufa con sus variopintas piruetas y opciones. Capaces son de traerse al tío ese alemán que se come los mocos y se huele la sobaquina. Sería de mucha risa, la guinda del pastel de esta Hoguera de los Despropósitos de la Conjura de los Bubus en la Caída de las Vedettes. Dios nos coja confesados.