Ya se sabe que cuando uno circula martillo en mano, todo parecen clavos, así que, al igual que la cabra tira al monte, voy a dejar que la deformación profesional campe por sus respetos y voy a arrancar este artículo centrando el significado de la palabra “todavía”, y esto aun a riesgo de que el lector salga espantado ante lo que pueda parecer que se le viene encima. Pero que no cunda el pánico, que será breve: “todavía”, que es un adverbio, tiene más de un significado. Uno de ellos aporta un matiz añadido a las oraciones negativas, de forma que cuando yo digo, por ejemplo, “Todavía no he terminado el libro”, lo que se deduce es que ya lo he empezado, y lo que se afirma es que me queda una parte aún para llegar a acabarlo. Por eso, cuando ZZ, ese hombre rebosante de suerte, afirmó con relación al posible fichaje de Pogba que "No sé nada. De momento, nosotros estamos aquí trabajando y no puedo decir lo que va a ocurrir. Hasta el 31 de agosto todo puede pasar, pero hoy Paul Pogba todavía no es un jugador del Real Madrid", lo que nos vino a decir es que, efectivamente, “estamos intentándolo y  a ver qué pasa”. Más claro, agua.

Todas las especulaciones sobre por qué razón Pogba se ha ido al Manchester y no ha venido al Real Madrid, así como sobre cuánto dinero supone ese traspaso y sobre cuáles son las razones últimas de quienes intervienen en el mismo, ya pasan a otro plano diferente porque, no teniendo los datos exactos y no estando dentro de las cabezas de los protagonistas, difícilmente se pueden hacer afirmaciones que vayan más allá de precisamente eso, la especulación. Por ejemplo, una especulación un punto apestosa y más o menos torpedera la constituye eso que se dice sobre Varane y Morata, que parece que habrían aconsejado a Pogba fichar por el Manchester porque Mou es un gran entrenador –pobre ZZ, ¿no?– y el Madrid una casa de los líos con un presidente omnipresente, omnipotente, omnímodo y omnitodo. Por qué razón un florentinista de pro como Josep Pedrerol se iba a descolgar con esta información sin ser cierta es algo que se me escapa, y cuando algo se le escapa a uno, lo que suele hacer es abrir la caja de la lógica, que aplicada en este caso nos llevaría a pensar que el asunto es cierto y que, siéndolo, el mismo deja a Varane, Morata, Zidane y al mismísimo sursuncorda al nivel de los zapatos de La Tacones. Ante tanta duda y suponiendo que el rumor fuera bola, igual a Zidane o a Florentino o a Varane o a Morata o al utillero, qué sé yo, se les ocurre la brillante –y no al alcance de cualquier mente inteligente a lo que parece– idea de salir a desmentirlo… a menos que todo sea cierto y no puedan hacerlo.

De momento, y esto es seguro, sí se puede afirmar que el Madrid intentó fichar al francés y no lo consiguió, fracasando… o quizás no tanto. Efectivamente, no parece tan claro que el hecho de no haber conseguido su fichaje sea un fracaso para el Real Madrid. Para mí, concretamente, es un acierto y una gran noticia. Pero lo es el hecho en sí, no las razones por las que ese fichaje no se ha producido, que realmente desconozco. Se especula que su ficha alta podría haber sido motivo de veto, no tanto por el dinero en sí como por las consecuencias que podría tener en un vestuario donde, como es bien sabido, manda un sevillano de Camas que no iba a estar dispuesto a tener un advenedizo de última hora por encima de él y sólo por debajo de CR7, el intocable. Si realmente este fuera el motivo –que no se revuelva el gallinero–, uno no dejaría de sorprenderse de que, así, de pronto, se tomen decisiones razonables en los mundos de Mou, Diego López, Ozil, De Gea o Casillas, por poner unos cuantos ejemplos. Porque, como bien sabemos, el control deportivo en general del Madrid y su política de fichajes en particular no se caracterizan, precisamente, ni por su coherencia ni por su profesionalidad, fax y Cherysevs mediantes. Al final, por lo tanto, lo único que sabemos sobre este asunto es que se intentó pero no se llevó a efecto. Y con ser interesantes todas las posibles opiniones especulativas sobre las razones de que el intento se haya visto frustrado, lo que parece pasar desapercibido es el preocupante hecho de, para empezar,  plantearse la posibilidad de fichar un jugador como Pogba para un equipo como el Madrid.

Uno se cree con licencia para opinar sobre lo que le venga en gana, e incluso para hacer el ridículo en el intento, y ello a pesar de esa legión de madridistas de pro que se retuercen como la niña del exorcista cada vez que alguien critica a Florentino y a su altamente sospechosa política deportiva. Pero habrán de admitir que si hay un campo en el que en este mundo del fútbol parece pertinente dar opiniones ad lib, es cuando se trata de valorar las capacidades de los jugadores y su idoneidad a la hora de incluirlos en las plantillas, porque si no, ustedes me dirán de qué vamos a comentar. A este respecto, cada cual es muy libre de dar sus valoraciones, y yo en concreto creo que el francés no es jugador de ciento y pico ni, sobre todo, es jugador para nuestro equipo. Pogba tiene un problema: es otra vedette insoportable que, además de necesitar un espejo de su uso exclusivo en el vestuario para antes y después de los partidos, está convencido de ser imprescindible, es decir, lo mismo que Ramos o CR7 y tantos otros, y por lo tanto es uno de esos tituilarísimos intocables, grimoso término este que acuñó el grimoso aquel. Como intocables tenemos más de los que necesitamos, meter otro más no parece muy recomendable, sobre todo si su posición y su juego ya están cubiertos con lo que hay en la plantilla.

Dicho todo lo anterior, y suponiendo que las valoraciones fueran correctas,  lo que resta es reparar en el hecho de que Florentino parece estar siempre equivocado, incluso cuando acierta, tratándose de un caso en el que la ocasión para el acierto se genera sólo habiendo creado un error de origen previamente. O sea, que este señor parece una máquina de equivocarse. Esta última licencia de retorcimiento me la permito, no sin una buena dosis de ironía, para que las niñas del exorcista esas se sigan retorciendo a gusto un ratito más, y les aclaro lo de la ironía porque si no, pobres mías, se lo toman todo literalmente, que no se enteran de lo que leen. A ver: incluso Florentino, en ocasiones, acierta cuando toma decisiones.