Recuerdo ahora cómo, no demasiado tiempo después de las explosiones del 11M, caminaba comentando con un entonces amigo sobre el significado de aquellos atentados y las consecuencias de los mismos. Y recuerdo con claridad la cara entre asombro y desprecio que aquel mostraba cuando afirmaba yo entonces que, en realidad y por duro que pudiera resultar decirlo, desde un punto de vista político, histórico y social, los 198 asesinados eran una cuestión irrelevante, y que, desde esos puntos de vista, lo mismo hubiera sido que el número hubiese ascendido al doble o descendido a la mitad. Se hizo necesario entonces explicar la implicación de lo que afirmaba, y que no era en modo alguno un 
desprecio a otro análisis, el más obvio e inmediato, que de forma natural y mayoritaria fue el que se hizo en primera instancia, que es el personal de las vidas humanas perdidas y de las de todos aquellos que vieron sus trayectorias vitales tan dramáticamente truncadas quedando las mismas marcadas a sangre y fuego para siempre.
Tan obvio como es que para esas víctimas directas todas las implicaciones históricas y políticas pasan a un segundo plano desde el momento en que sus vidas se ven mutiladas por una salvajada de semejantes proporciones, lo es lo que parecía verdaderamente relevante en la proyección histórica de los dramáticos atentados, aquello que iba a dejar su poso para siempre dentro del devenir de España como nación: la manera en que se hiciera uso de aquella tragedia los días inmediatamente posteriores a cuando se produjo. Y aparentemente así fue, puesto que de aquellas manipulaciones de la izquierda y de aquellas torpezas de la derecha, lo que se produjo fue un vuelco en unas elecciones después de unos días de una tensión que, en mi opinión, anduvo cerca de hacer explotar a la ciudadanía en un enfrentamiento que pudo llegar a ser de dramáticas proporciones. Y, entonces, yo creo que todos pensamos que, con todo lo grave que resultaba una alteración de la voluntad popular por medios violentos, en eso precisamente reposaba el final de las implicaciones de aquellos atentados.
Ilusos. Aquel cambio de gobierno causado por la fuerza de la violencia y la manipulación de unos y la estupidez acomplejada de otros no fue sino lo que en última instancia se convirtió en una cortina de humo que, una vez disipada con el paso de los días y las semanas primero, y después con el de los meses y los años, llevó en el calor del momento dramático al engaño a toda una nación, la mayoría de la cual decidió seguir tranquilamente acomodada en ese engaño con el paso del tiempo, mientras que una minoría nos echábamos las manos a la cabeza ante el desfile de escándalos de manipulación, mentira, traición, claudicaciones y, como resultado de todo lo anterior, autoritarismo orquestado vestido de supuesta democracia que se ejercía y se ejerce sobre una ciudadanía definitivamente aborregada y cobarde, deseosa de vivir en la comodidad de su ignorancia con tal de no tener que enfrentarse a una realidad tan dramática como lo es el hecho de que un país de arriba abajo, de un estamento a otro y pasando por todos, claudicara de su obligación más básica, que es defender la verdad, para echar toneladas de estiércol sobre unos hechos que marcaron el devenir de España en lo más íntimo de la misma.
Porque esto es exactamente lo que ha ocurrido: Jefatura del Estado, partidos políticos de todo signo, jueces, fiscalía, cuerpos de seguridad, servicios secretos, el cuarto poder en su casi completa totalidad y, en último término, la propia ciudadanía, todos ellos de manera increíblemente unificada han preferido convertir todo el entorno en una cloaca para, una vez adaptados a la pestilencia y la podredumbre, unos vivir cómodamente de un sistema corrupto hasta el tuétano absorbiendo lo que pueden del mismo (partidos impregnados de suciedad, corrupción e ignominia, jueces prevaricadores que ascienden vertiginosamente, policías recompensados, periódicos y televisiones a la voz de sus amos alimentados y sostenidos por quienes en definitiva son sus dueños, una institución monárquica que se desmorona vergonzantemente…), y todos los demás, los supuestos ciudadanos que aquí no dejan de ser súbditos, reducidos a un interminable balar, como un rebaño de borregos que es reclamado cada cuatro años para con su voto ratificar y darle cuerpo oficial al escándalo de descomposición generalizada en la que se ha sumido el país. Lo más tenebroso de aquel 11 de marzo no fueron los cadáveres, ni el sufrimiento de quienes sobrevivieron, ni la sensación de un sistema forzado en su desarrollo natural, ni el tener la sensación de que a nuestro alrededor pululan un enorme número de personas falsas, sin escrúpulos y sin principios, sin respeto por la verdad, por la ética y por los principios. No. Lo verdaderamente dramático es que España se convirtió en claudicación esencial, en la aceptación masiva de vivir una realidad falsa desprovistos de la sensación de culpa por ser un país tan dramática y asquerosamente cobarde.
Y como aquí, puestos a ello, nos gusta hacer las cosas a lo grande, sin privarnos de nada, a la deformación ética monstruosa le aplicamos el aliño de la desvergüenza estética de tragar ruedas de molino transitando por una serie de acontecimientos tan desproporcionadamente gruesos que hasta el más desvergonzado país debería sentirse abochornado, con una ristra de pruebas falsas, manipulaciones, invenciones, silencios… que, para colofón y ya definitivamente sumidos en una borrachera en la que se ha perdido el sentido de la realidad, nos conducen a la caída libre en virtud de la cual, además, los protagonistas de toda esta escandalosa desvergüenza se disponen a darse el festín de montar la pantomima del recuerdo compungido, como si todo esto fuera ajeno a su voluntad, pretendiendo hacernos creer que ahora la situación no es responsabilidad de nadie de entre ellos mismos. El más repugnante zorro guardando a las gallinas es el espectáculo que al que hoy nos tienen invitados los responsables de toda esta basura.
Los de VOX ¿se han manifestado?
No me caía mal Irene Lozano. Dentro del panorama político español me parecía bastante sensata y bastante formada.
Pero si dice que la instrucción,el proceso y la sentencia del 11M fueron ejemplares,y esa es ,por otra parte, la opininión abrumadoramente mayoritaria de todas las personas que hoy me han rodeado,en las ondas y en la calle¿por qué sigo siendo conspiranoica?
¿Por qué nada ni nadie,en estos 10 años han logrado hacerme cambiar de opinión?
Conozco bien a UPyD, bastante de cerca y puedo asegurar que juegan a ser centristas para rascar votos a un lado y al otro, de la derecha y de la izquierda. Van de buenos y honrados, pero en cuanto enseñan la patuca se les ve el progresismo que llevan dentro.
Dicen defender a España, pero no defienden la familia, van de liberales en lo económico, pero su receta estrella es subir impuestos a los "ricos"... en la única vez que han sido partido bisagra, en Asturies ya vimos como actuaron, lo explicó muy bien la lideresa (ama y señora de todo el partido) "Ya tenemos un gobierno de progreso para Asturies".
Pues eso... que conmigo no cuenten, porque no voy a votar a nadie, tampoco a UPyD.
P.D. Si esto lo lee quien yo me se... Dios me coja confesado.
¿Y a dónde vamos Nick Adams?
¿Como nos vamos a pirar de aquí?
Estamos condenados.Todos estamos condenados.
Estoy abatida.Este décimo aniversario del asunto más tenebroso y de implicaciones más profundas que he vivido,he oído más radio de la que acostumbro a oir porque he pasado mucho tiempo al volante,y he vuelto a casa con una sensación absoluta de derrota.
Me faltaban las declaraciones de Irene Lozano,no sé si a título personal o como portavoz de su partido,pero UPyD ha perdido hoy mi voto.
bg_rules, wh, keyser, pezuco, por eso digo que hay que "votar con los pies", es decir, pirarse de aquí.
Es lo que yo vengo diciendo, este tema del 11M sólo es un síntoma del grado de pestilencia que destila España. Y vale ya.
Pues sí que da asco leer esto y me apresuro a quitar a UPyD de la "lista de la esperanza".
Sencillamente estremecedor. Ni yo pensé que el aquelarre llegara tan lejos. Qué asco.
(Pinchad AQUÍ).
Por supuesto. Completamente de acuerdo, mira cómo la está pasando el juez que procesa al Urdanga o la jueza Ayala en Andalucía.
Razones para reabrir el caso las hay de sobra.
Wh, estando de acuerdo en todo lo que dices, en un país (¿utópico?) donde los jueces fueran independientes, alguien hubiera reabierto el caso, y ordenar seguir investigando llevaría a hacer cantar a todos esos que tú dices.
Pero no, lo importante aquí es desmarcarse de los llamados "conspiranoicos".
La separación de poderes en este régimen que tenemos ahora, Keyser, es algo que sólo los ingenuos se creen y es una de las cosas que debe terminar.
No sé NickAdams, pero en mi comentario no me refería a eso - aunque es muy razonable tu conclusión -, sino a la mucha información que hay sobre este asunto en los organismos dependientes directamente del poder político (Policía, Guardia Civil, CNI, etc.) y, lo que es más importante, dejar de proteger y respaldar a los funcionarios que ocultaron o manipularon pruebas, muchos de ellos recompensados por su actuación. Cuando muchos de esos funcionarios públicos ( o ex funcionarios reubicados en sitios de privilegio como pago) no se sientan protegidos por el poder político y tengan que asumir responsabilidades cviles y penales, empezaran a cantar La Traviata como, en su momento, Amedo y Domínguez con lo del GAL.
Uno de los grandes errores de Aznar fue no sacar a la luz todas las trapisondas del CSIC como prometió que haría. Un partido político que sacara a la luz lo que hay de este caso - que tiene que se muchísimo y muy comprometedor para mucha gente - abriría los ojos a muchos y provocaría lo que necesitamos, un cambio total de régimen que nos pueda dar una verdadera democracia y no esta asquerosa partitocracia monárquica que no jode día tras día.
Un detalle significativo. Los comentarios de nickadams y wh muestran hasta que punto tenemos interiorizada la dependencia absoluta del poder judicial respecto al político.
Excelente exposición de BG_RULES sobre el décimo aniversario de la masacre de Madrid y estoy totalmente de acuerdo en como los politicos manipulan a las víctimas y sus familiares para seguir mintiendo a todos los españoles sobre quien fue el cerebro de la matanza y sus ejecutores, pero mucho me temo que los politicos no están por la labor de decir la verdad y si la de seguir mintiéndonos.
Poco nos queda de esperanza con la actitud asumida por todos. García Abadillo en el mundo asume gran parte de la versión oficial, incluso la célula de Leganés, "sólo falta probar quién estaba detrás". La táctica de la burla a los "cospiranoicos" ha dado sus frutos y nadie se quiere ver relacionado con los únicos decentes que quedan en esta historia, que son Luis del Pino o Federico Jiménez Losantos. Sólo falta que LD se cargue a estos dos y recule también para completar la patética obra.
Estoy de acuerdo en lo que he leído aquí, no sólo en el excelente artículo de BG_Rules, sino en los comentarios sobre él.
Todo esto del 11M no hace más que expresarnos la gran podredumbre que asola España y a los españoles. Si ante una canallada como los atentados del 11M niramos para otro lado, nos conformamos con creer una versión oficial intoxicada y falsa, ¿qué decencia le puede quedar a este país llamado España?.
La única manera de honrar la memoria de las víctimas y sus familiares sólo puede ser esclareciendo la verdad, todo lo demás resulta ignominioso.
Coincido con NickAdams, y agrego que me gustaría oir a VOX, a Ciudadanos y a UPyD mojándose claramente en este asunto y prometiendo investigar hasta al fondo y sacar a la luz todo lo que ahora nos esconden si alguna vez tocan poder real.
Como dices, Dan. Lo de muchas de las víctimas -aunque por suerte, no todas, y pongo de ejemplo la intervención de Eloy Morán en la pantomina del Día Europeo por las Víctimas - es lamentable. No sé si es una variante del "Síndrome de Estocolmo" o poducto de una compra directa por parte de la clase política corrupta y corruptora pero, sea cual sea la causa, el resultado es penoso.
La condecoración a las rumanas mentirosas por parte del Ministro del Interior ya es el colmo de la indecencia.
Por suerte queda gente como Gabriel Moris o Ángeles Domínguez, y es por gente como ellos y por la dignidad de nosotros mismos que hay que seguir, sin desmayo, apoyando a los que siguen buscando sacar a la luz la verdad.
Por eso necrsitamos medios independientes como Libertad Digital y periodistas independientes como Federico Jiménez Losantos.
Oyendo las noticias esta mañana me he quedado perplejo al observar cómo hasta las propias víctimas toman parte en esta pantomima organizada por los mismos políticos y medios de comunicación que han sido los primeros responsables en alimentar este escándalo de embustes. Voy a obviar hacer comentarios ñoños sobre los derechos de las víctimas a bla, bla, bla, bla. Me limitaré a decir que no las comprendo, y que si yo fuera una de ellas jamás participaría en lo que creo que no es sino un aquelarre cuyo único objetivo es continuar la tramoya para repartir la calma entre los corderos. No comprendo cómo se prestan a dar carta de validez a una situación tan intolerable. La razón, según he oído a una de ellas, es que es el décimo aniversario y que hay que aparcar las diferencias... Eso, justamente: diez años de embuste, razón de más para señalar a todos los embusteros, no para mezclarse con ellos. Para mí esta es una situación incomprensible.
Parece increíble que hayan pasado diez años. Parece que increíble que luego de diez años de mentiras por parte de los dos partidos políticos que han gobernado este país y desinterés absoluto sobre el tema por parte de la Jefatura del Estado el "pueblo" no haya limpiado a fondo la gran cloaca en que se ha convertido este sistema, presuntamente, democrático.
La culpa es, por tanto, del "pueblo", de esa mayoría indiferente, aborregada e ignorante, fruto de una educación blanda y adoctrinada que nos ha conducido a donde estamos.
Ya no espero nada de esta nación: habrá que pensar seriamente en votar con los pies.
No puedo estar más de acuerdo contigo, rules. Muchas veces, uno tiene la impresión de que, igual que hay instituciones (públicas, privadas y mediopensionistas) que tienen una contabilidad B, en España (¿y en el resto del mundo?) también hay una realidad B. Y me da en la nariz que esa realidad B es la que vivimos los ciudadanos (o así), pensando que somos felices en nuestros mundos de yupi. O de Matrix, que para el caso, Tauste, como dicen en Aragón.
Mientras no se esclarezcan los atentados del 11 M no podrán descansar en paz los cientos de muertos, ni tendrán consuelo los familiares de las víctimas.
Por ellos y por nosotros mismos, algunos deseamos que se sepa la verdad, por vergonzante que sea. Parodiando al personaje quizá más ruín y mezquino de esta historia, podemos decir que los ciudadanos españoles se merecen un gobierno que no les mienta, que haga todo lo posible por descubrir la verdad y detener a los culpables.
Aunque quizá la mayoría de españoles no quieran saber la verdad, y se merecen los gobiernos que padecemos en España. A veces, entre la podredumbre se vive mejor, o más tranquilo.
El 11-M será siempre un baldón sobre los que han pretendido obligarnos a comulgar con ruedas de molino y para los que han comulgado con ellas.
Los que tenemos vergüenza y dignidad nunca debemos dejar de buscar la verdad y de intentar que los verdaderos culpables paguen por ello.